Pese a la inestabilidad financiera en el mundo, la actividad económica en México mantiene su tendencia al alza, independientemente de que algunos indicadores del gasto interno mostraron moderación en su crecimiento en el primer trimestre de 2011, informó el Banco de México (Banxico).

En su informe de política monetaria, la institución indicó que la recuperación económica que se venía observando a nivel mundial en los primeros seis meses del año se vio afectada por la escalada de precios de las materias primas.

Asimismo, por la desaceleración de Japón tras el tsunami del 11 de marzo, la crisis de deuda en la zona del euro, además del bajo crecimiento de Estados Unidos.

La institución indicó en éste periodo el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense disminuyó de manera marcada, en tanto que su mercado laboral y de vivienda continuaron mostrando una fuerte debilidad.

Banxico estimó que la consolidación prevista en el gasto fiscal en el corto plazo podría traducirse en un mayor debilitamiento de la actividad económica de la Unión Americana.

Además, ante la precaria situación fiscal y financiera en algunos de los países de Europa, habría riesgo de contagio a otras naciones, acentuando el debilitamiento de estas economías.

Bajo éste entorno de mayor vulnerabilidad en los mercados financieros internacionales, los flujos de capitales hacia las economías emergentes, como México y Latinoamérica, podrían verse disminuidos en los próximos meses.

A pesar de esto, el banco central destacó que en México las inflaciones anuales general y subyacente presentaron reducciones significativas respecto al cierre del semestre anterior, ubicándose alrededor de la meta de tres por ciento en el primer semestre del año.

Explicó que otros factores que determinaron el comportamiento a la baja de dichos indicadores, fueron el desvanecimiento de las modificaciones tributarias que entraron en vigor a principios de 2010.

Entre ellos, “una mayor competencia entre cadenas comerciales y empresas de telecomunicaciones, respectivamente, así como la ausencia de presiones inflacionarias en el mercado laboral y la evolución favorable del tipo de cambio”.

Sin embargo, Banxico recomendó que ante el “entorno externo incierto”, debe continuarse con el fortalecimiento macroeconómico del país y el avance en su cambio estructural, a fin de lograr un ritmo de crecimiento económico y un mayor nivel de desarrollo, sin presiones inflacionarias.

Señaló que “es el momento propicio de impulsar dichas reformas dado el fuerte marco macroeconómico, logrado gracias a una política fiscal prudente y una política monetaria comprometida con la estabilidad de precios”.