El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, previó la posibilidad de relajar la política monetaria en caso de darse "una gran laxitud monetaria en los principales países avanzados”.

En la conferencia de prensa, señaló que la Junta de Gobierno del instituto central vigilará el comportamiento de los determinantes de la inflación.

"En particular el tipo de cambio, que pudieran alertar acerca de presiones generalizadas sobre los precios para ajustar oportunamente la postura monetaria, procurando en todo momento la convergencia de la inflación a su objetivo permanente de 3.0 por ciento", indicó.

Dijo que aunque en México la inflación tiene buena trayectoria, no está exenta de riesgos, entre los cuales mencionó la posibilidad de un mayor debilitamiento de las demandas externa e interna, donde la primera podría prevalecer por un periodo prolongado y con ello menores presiones inflacionarias.

Otro es un debilitamiento mayor en la actividad económica mundial que impactaría a la baja en los precios internacionales de las materias primas, que repercutiría en menores costos de producción de bienes y servicios, abundó.

El funcionario del banco central expuso además que el posible aumento en la incertidumbre de los mercados financieros internacionales podría generar una dinámica adversa en el tipo de cambio, que influye a su vez en la formación de precios.

Asimismo, advirtió de la potencial volatilidad de los precios de productos agropecuarios que desviaría la inflación.

Sin embargo, puntualizó que aún con la evolución que registra la inflación, con la postura actual en la política monetaria, es alcanzable el 3.0 por ciento.