Con una performance de la economía menor a la esperada para 2012, la presidente Dilma Rousseff no escatimó en planes de estímulo. Con un crecimiento por debajo del 3%, menos impuestos y una baja en las tasas de financiamiento fueron algunas de las medidas para impulsar el sector automotriz.
Pero los datos de la economía brasileña no logran espantar a las automotrices, que ven en Brasil una gran potencia para su desarrollo futuro. Martin Winterkorn, presidente de Volkswagen, definió al país como la “piedra angular de la estrategia 2018”, en el marco de la feria del Motor en San Pablo.
El grupo alemán quiere superar a General Motors y Toyota en seis años, y alcanzar el primer puesto en el mercado automotriz. “También vemos un gran potencial dentro del difícil mercado de autos usados”, agregó.
El grupo automotor aumentó en cinco años casi un 40% sus ventas en Brasil, hasta superar los 700.000 vehículos anuales. La marca italiana Ducati también comenzará a fabricar motos deportivas en el país, según confirmo el diario Folha de San Pablo. Ducati es parte del grupo Volkswagen como parte de Audi.
Esta semana, la feria del Motor en San Pablo terminará de definir la atracción que genera el país en el mercado. La baja de ventas en Europa explica gran parte de este foco en Sudamérica.
Sin embargo, Brasil tiene su propio magnetismo. La caída del PIB parece no afectar un mercado con una gran proyección de crecimiento. En el marco del Coloquio de IDEA en Argentina, el economista Dante Sica anticipó que se producirán 5 millones de autos en Brasil para 2016, un gran salto desde el millón que se produjo el año pasado.
Un informe especial de Infobae América confirma que Fiat fue la marca más vendida en Brasil en 2011, con más de 753.000 unidades. Volkswagen se ubicó en el segundo lugar (698.316) y con 632.101 autos vendidos, Chevrolet se posiciona en el tercer puesto. El modelo de autos más popular es el Volkswagen GOL.
Toyota apuesta a los compactos y desde mediados de septiembre produce el modelo Etios en San Pablo.
En sintonía, la primera planta de BMW en América Latina desembarcará en Brasil. Los números que proyecta esta nueva fábrica en el estado de Santa Cantarina no son menores. Con una inversión de US$ 500 millones, se prevé una creación de 6.000 empleos.