El gobierno de Venezuela devaluó el viernes su moneda y fijó una nueva cotización para el tipo de cambio oficial de 6.3 bolívares por dólar, de los 4.3 bolívares por dólar vigentes desde 2011.

Esta cotización pasará a ser la única, ya que las autoridades financieras anunciaron además la eliminación del tipo de cambio secundario del SITME de 5.3 bolívares por dólar, manejado por el Banco Central.
 
El debilitamiento del bolívar está vinculado a una galopante inflación, que desde 1986 es de dos dígitos, su alta dependencia a las importaciones y su carácter de país netamente rentista petrolero.
 
Mediante la aplicación de una ley que amplío el control del Estado sobre los precios y costos de la economía, la inflación empezó a ceder en el 2012. No obstante, cerró el año en un 20.1%, aún una de las más altas del continente.
 
El presidente Hugo Chávez fijó un férreo control de cambio a partir de 2003 que rige para todas las importaciones de bienes, compra de dólares para viajes al exterior y adquisición de deuda soberana y de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), en un esfuerzo por evitar la fuga de capitales durante un período de disturbios políticos y descalabro económico en el país miembro de la OPEP, a causa de un paro petrolero y un breve golpe de estado en el 2002.
 
Este ajuste cambiario es el quinto que sufre el bolívar desde el 2003. En 2004 cayó a 1.920 unidades por dólar y a 2.150 bolívares en 2005.
 
En 2008, el Gobierno eliminó tres ceros a la moneda y emitió nuevos billetes y monedas.
 
Luego, en 2010, el gobierno estableció un sistema de cambio dual de 2.15 bolívares por dólar para bienes prioritarios y 4.3 bolívares por dólar para el resto de las operaciones con divisas; finalmente, el 30 de diciembre de 2010 unificó el tipo de cambio a 4,3 bolívares por dólar.
 
En 2009, el gobierno eliminó de zarpazo un mercado de transacción de deuda pública que le permitía a privados acceder a dólares por encima del precio de regulación pero sin restricciones de volumen, luego de que esta divisa conocida como de "permuta" triplicara la cotización oficial.
 
Las autoridades financieras endurecieron los castigos y multas por ilícitos cambiarios e incluso prohibieron a los medios informar sobre el precio del dólar paralelo.
 
Urgidos de una nueva fuente de dólares para las crecientes importaciones, en el 2010 el gobierno estableció un sistema secundario de administración de divisas controlado por el Banco Central venezolano a través de la compra y venta de títulos valores soberanos y de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
 
En el 2012 el Banco Central modificó la ley cambiaria para permitir a los venezolanos abrir cuentas en dólares en bancos locales, siempre y cuando puedan demostrar que el origen de las divisas es legal.
 
La moneda en la economía petrolera venezolana, tiene una historia reciente de inestabilidad.
 
Una crisis financiera en la década de 1990 llevó a una rápida pérdida de su valor mediante el establecimiento de bandas cambiarias, tipos de cambio fijos y de libre flotación, que no lograron evitar el declive de la moneda.