El mexicano Humberto Leal García fue ejecutado hoy en la prisión de Huntsville, Texas, por la muerte de una joven de 16 años en 1994 luego de pedir perdón a familiares y de que sus últimas palabras fueran: “Viva México, Viva México, Viva México”.

Leal García, de 38 años, fue declarado muerto a las 18:21 horas locales, exactamente 10 minutos después de que inició la aplicación de las inyecciones en la cámara de la muerte de la sala Walls del recinto carcelario.

En sus últimas palabras se declaró arrepentido de sus acciones y pidió el perdón de los familiares de la víctima, Adria Sauceda, asesinada y violada hace 16 años en una carretera de Texas, aunque nunca volteó su rostro hacia la zona de los deudos.

Siento todo lo que he hecho, he lesionado a mucha gente, por años nunca pensé que merecía ningún tipo de perdón, se que el señor Jesucristo me ha perdonado en vida y he aceptado su perdón, ya he aceptado todo, dejemos que esto sea el final que se haga, asumo toda responsabilidad por esto”, dijo.

Lo siento y perdónenme, verdaderamente lo siento, les pido perdón, la vida sigue y seguramente seguirá. Lo siento por la familia de las víctimas, por lo que hice, pero espero que me perdonen, no sé si me creen, la vida sigue”, añadió Leal García.

Para terminar, se dirigió al guardia a cargo de la ejecución que se encontraba a su diestra y le dijo: “Le pido perdón, la vida sigue y seguirá, perdón, estoy verdaderamente arrepentido. Que siga el espectáculo. Una cosa más: Viva México, Viva México, Viva México”.

Antes de que terminara, su abogada Sandra Babcock, se sumó: “Viva México cabrones”.

Vestido con un overol y cubierto hasta el pecho con una sábana blanca, solo eran visibles sus manos vendadas y la muñeca donde se veían las sondas con los tres líquidos letales. Súbitamente quedó dormido, hizo un sonido balbuceante con los labios y quedó inmóvil.

Entre los familiares de Leal García solo estaba su hermana Mari Ángel Tello. En la sección de las víctimas sólo asistió un amigo del padre de Adria Sauceda.

La ejecución ocurrió después de que la Suprema Corte de Justicia desechó las peticiones de sus abogados y de los gobiernos de Estados Unidos y México para suspender la aplicación de la pena capital por la violación de la Convención de Viena.

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