En realidad, la razón inicial para marcarle el alto a la menor fue porque iba a una velocidad excesiva, pero al hacerle la revisión de rutina el nerviosismo la delató y los uniformados procedieron a echarle ojo a sus pertenencias, hallando nada menos que bolsas con estupefacientes.
Y en efecto, la niña declaró que las drogas eran para ser vendidas, y que una persona simplemente identificada como “Jonathan” se encargaba de surtirle los pedidos, los cuales entregaba en pequeñas dosis a lo largo de diferentes colonias populares de Cancún, Quintana Roo.
El asunto fue turnado a la Fiscalía Especializada en la Atención de Delitos Contra la Salud, misma que resolverá qué hacer con la niña, ya que no puede ser procesada como mayor de edad. De acuerdo con la menor, el descuido de sus padres la llevó a vender droga.