Organizaciones ambientalistas y partidos de oposición cerraron hoy en Italia su campaña a favor del referéndum del domingo y lunes próximos, en el que se pedirá abolir el programa nuclear del gobierno.

Greenpeace extendió grandes cartelones a favor de la consulta en lugares emblemáticos como el Coliseo de Roma, el Puente Viejo de Florencia y el campanario de San Marcos, en Venecia.

Los partidos de oposición convocaron a mítines en diversas ciudades para apoyar el plebiscito, en el que también se pedirá abrogar la privatización de los recursos hídricos y la llamada ley del legítimo impedimento que da inmunidad parcial al primer ministro, Silvio Berlusconi.

Para ser válida, la consulta requiere que participen al menos el 50 por ciento más uno de los 47 millones de italianos convocados a las urnas.
Ese objetivo es difícil de alcanzar, aunque “está al alcance de la mano”, dijo el secretario general del opositor Partido Democrático, Pierluigi Bersani.
Berlusconi había intentado evitar el referéndum, pero el Tribunal Supremo y la Corte Constitucional dieron sus respectivos vistos buenos.

En la consulta se pide abolir definitivamente el programa nuclear del Ejecutivo, que fue pospuesto dos años tras el tsunami de marzo pasado que afectó a la planta de Fukushima, en Japón.

En caso de alcanzar el porcentaje requerido, se prevé que el referéndum propine una bofetada al gobierno, ya debilitado tras la debacle en las elecciones administrativas del mes pasado, en las que la oposición arrolló en las principales ciudades en las que se votó.

Toda Italia ha quedado cubierta de propaganda a favor de la consulta, con llamados de personajes de la cultura, el espectáculo y el deporte a acudir a las urnas, además de desfiles por las calles o debates en la televisión.

El gobierno de Berlusconi se había propuesto retornar al uso de la energía atómica, que fue prohibida en el país europeo por otro referéndum, celebrado en 1987, a pocos meses del desastre de la planta nuclear de Chernobyl.
NTX/MOB