“La vigorosa recuperación económica de América Latina y el Caribe permitirá registrar un nuevo y significativo descenso de la tasa de desempleo, la cual pasaría de 7.3 por ciento en 2010 a entre 6.7 y 7.0 por ciento en 2011”, señaló el reporte.
Ambos organismos reconocieron que las políticas contracíclicas aplicadas en algunos países durante la reciente crisis internacional, contribuyeron a reducir la vulnerabilidad económica, lo que posibilitó una reactivación más rápida.
“En esta crisis se registró mayor preocupación por sostener el empleo y los ingresos de las personas”, indicaron la secretaria ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena, y la directora regional de la OIT para las Américas, Elizabeth Tinoco, en el prólogo del documento.
“Varias de las medidas adoptadas fueron el vehículo para que el mayor gasto fiscal llegara en la mayor medida posible a las personas, reflejando una preocupación por la igualdad”, agregaron.
Estas políticas contracíclicas implicaron una expansión del gasto fiscal durante la crisis e incluyeron diversas medidas, como inversión en infraestructura, planes de empleo de emergencia, estímulo a las empresas o programas sociales, entre otras.
Sin embargo, el análisis anotó que las políticas aplicadas durante la crisis por lo general fueron resultado de reacciones de corto plazo, más que consecuencia de un enfoque contracíclico institucionalizado.
Bárcena y Tinoco advirtieron que por la baja disponibilidad de recursos fiscales no todos los países estuvieron en la condición de aplicar políticas contracíclicas fuertes.
En otros casos, establecen que “se aplicaron medidas más como reacción a una situación particular que como consecuencia de una estrategia claramente delineada y establecida”.
“Surge el reto de institucionalizar un enfoque contracíclico a lo largo del ciclo económico”, recomendaron tras agregar que esto ofrecería capacidad de dar respuestas inmediatas en el caso de una nueva crisis.
La publicación conjunta CEPAL-OIT anotó que en 2010, la reactivación relativamente fuerte a nivel regional incidió en un aumento de la tasa de ocupación urbana de 0.8 puntos porcentuales, con lo cual se alcanzó un nuevo máximo histórico de 55.2 por ciento.
A nivel regional, la tasa de desempleo urbano descendió de 8.1 por ciento a 7.3 hacia fines de 2010, a los mismos niveles que tenía antes de la crisis.
En términos absolutos, en 2010 en las zonas urbanas de la región el número de ocupados aumentó en 6.4 millones, mientras el de los desempleados se redujo en un millón de personas, quedándose en 17.1 millones de desempleados urbanos.
Este año ese descenso se acentuaría y podría llegar por debajo de 7.0 por ciento, concluye el estudio.