Estas medidas de austeridad fueron acordadas a cambio de un rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las acciones mundiales repuntaban el jueves por tercer día consecutivo y el euro tocó su máximo nivel contra el dólar en 20 días por la esperanza de que Grecia evite la primera cesación de pagos en la zona euro.
El optimismo estaba mezclado con preocupación respecto a si el Gobierno podrá implementar los recortes impopulares para ajustarse a un cronograma rígido impuesto por la UE y el FMI que erosiona el estado de bienestar.
Implementar las medidas será difícil para el Gobierno, que ha caído detrás de la oposición en los sondeos de opinión y ha enfrentado fuertes críticas de sus propios diputados durante el debate parlamentario.
Los sindicatos, que paralizaron al país por 48 horas el pasado lunes y martes, se han comprometido a oponerse a las privatizaciones y otras medidas de austeridad.
La molestia entre la población griega por el paquete de ajuste del Gobierno fue subrayada por la violencia en la plaza Syntagma -en donde se encuentra el Parlamento.
Médicos que trabajaban con los manifestantes dijeron que habían tratado al menos a 25 personas por heridas menores y a 192 con problemas respiratorios en la estación de metro adyacente a la plaza del centro de Atenas. A su vez, al menos 40 oficiales de la policía resultaron heridos, afirmó el sindicato de la fuerza.
Jóvenes encapuchados y policías libraron batallas durante la noche, mientras el centro de la ciudad se llenaba con gases lacrimógenos y el humo de los cócteles molotov. Los manifestantes atacaron el Ministerio de Finanzas situado en la Plaza Syntagma, incendiando una oficina postal en el primer piso del edificio, y trataron de incendiar un banco. En el otro extremo de la plaza, el lujoso hotel King George fue evacuado.
El Parlamento aprobó ambas iniciativas de ley para que la UE y el FMI liberen un préstamo de 12 mil millones de dólares -esencial para que Grecia cumpla pagos de deuda en julio- bajo un rescate de 110 mil millones de euros acordado en mayo del 2010.
La aprobación de este paquete de medidas era la condición que exigían el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) para que los acreedores internacionales, sobre todo, los bancos, desembolsaran los US$ 17 mil millones del quinto tramo de deuda aprobado para Grecia en mayo de 2010.
Sin la posibilidad de acudir a los mercados de bonos, decía la UE y el FMI, Atenas necesitaba los fondos extra para evitar cese de pagos en julio, y que su crisis de deuda se extienda al resto de la zona euro.