El Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha empezado a enviar por aire ayuda alimentaria de emergencia a Somalia. El primer vuelo, que lleva diez toneladas de suplementos nutritivos destinados a niños, ha aterrizado este miércoles en Mogadiscio, según ha informado un portavoz de la Unión Africana (UA) a la BBC.
Millones de personas en Somalia y otros países del Cuerno de África sufren escasez de alimentos a causa de la sequía más grave de las últimas décadas. El grupo insurgente Al Shabaab, que controla gran parte de Somalia, ha prohibido que el PAM entre en su territorio. El teniente coronel Paddy Ankunda, portavoz de la UA, ha dicho que un Boeing 737 con diez toneladas de ayuda ha aterrizado en el aeropuerto de la capital somalí. Se supone que los envíos iban a comenzar este martes, pero salieron con retraso de Kenia por problemas burocráticos.
Las diez toneladas de Plumpy'nut --una pasta de cacahuete con gran cantidad de proteínas y energía-- constituyen el primer cargamento de ayuda alimentaria que llega a Somalia desde que la ONU declarara la situación de hambruna en dos regiones del sur la semana pasada. Está previsto que otros aviones lleven ayuda a la ciudad etíope Dolo Ado, desde donde se puede trasladar a través de la frontera hasta Jubaland, una franja de tierra controlada por las fuerzas gubernamentales somalíes situada al oeste de Bakool, región afectada por la hambruna.
Decenas de miles de somalíes han huido a Mogadiscio, a Kenia y Etiopía desde zonas controladas por Al Shabaab en busca de ayuda. El débil Gobierno interino somalí, apoyado por fuerzas de la Unión Africana, controla solo algunas partes de la capital. La UA tiene 9.200 soldados desplegados en Mogadiscio para proteger el aeropuerto y el territorio controlado por el Gobierno.
Aunque Somalia es el país más afectado por la crisis, Etiopía, Kenia y Yibuti también están sufriendo los efectos de la sequía y se calcula que hay más de diez millones de personas en situación de riesgo en la región. El ministro de Asuntos Exteriores somalí, Mohamed Ibrahim, ha advertido de que más de 3,5 millones de personas podrían “morir de hambre” en su país.