En un debate en la Asamblea General de la ONU sobre el tema, el mandatario boliviano consideró que “el derecho al agua es la madre de todos los derechos humanos” y por ello “debe dejar de ser un negocio privado y ser un servicio público”.
Por su parte, Ban Ki-moon coincidió en que el acceso al agua es un derecho humano, pero aclaró que ello “no significa que estos servicios deban ser gratuitos”.
Las declaraciones de ambos se produjeron en el marco de un debate para conmemorar el primer aniversario de la declaración del agua como derecho humano en la ONU.
Morales consideró un hito que Naciones Unidas reconozca desde hace un año el acceso al agua como una garantía fundamental e insistió en que como tal debe respetarse.
“Si el agua es un derecho humano no puede haber metas que conviertan en comercio al agua, ni fuentes o empresas que puedan lucrar del agua”, puntualizó.
Agregó que los gobiernos tienen la obligación –a partir de la declaración de la ONU del agua como garantía fundamental– de implementar políticas que hagan efectivo el acceso de toda la población a ese líquido.
De su lado, Ban señaló que el agua debe ser asequible y estar disponible para todos: “es inaceptable que los habitantes pobres de los asentamientos precarios paguen cinco o hasta 10 veces más por su agua que los residentes ricos de las mismas ciudades”.
El secretario general de la ONU consideró “inadmisible que más de mil millones de personas en comunidades rurales vivan sin retretes y tengan que defecar a la intemperie”.
Subrayó que muchos gobiernos han incluido el derecho al agua y saneamiento en sus constituciones y legislaciones. Ahora, agregó deben hacerlo realidad, aunque evitó mencionar costos o porcentajes que en su opinión deben cobrarse por el acceso al agua.
Durante su presencia en la ONU, Morales también confirmó una reunión que sostendrá mañana jueves con su homólogo chileno Sebastián Piñera para retomar las negociaciones entre ambos países para asegurar a Bolivia una salida al Océano Pacífico.
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