El Congreso de Estados Unidos dio inicio hoy al debate previo al voto del acuerdo bipartidista alcanzado la víspera para aumentar el techo de la deuda y asegurar el control presupuestario.

El Senado comenzó por la mañana, mientras la Cámara de Representantes iniciará al mediodía el proceso, que culminará con el voto de la iniciativa de ley que evitaría el incumplimiento de las obligaciones financieras de Estados Unidos por vencer este martes 2 de agosto.

El convenio logrado la víspera por los liderazgos de los partidos demócrata y republicano junto con la Casa Blanca incluye aumentar el techo de la deuda en dos partes por un total de hasta 2.4 billones (millones de millones) de dólares.

En la primera fase, el límite de endeudamiento se incrementaría en 900 mil millones de dólares, aumento sujeto a voto en el Congreso y que el presidente Barack Obama tendría derecho a vetar.

Sin embargo, unos 400 mil millones de dólares serían adicionados inmediatamente para prevenir un incumplimiento de pagos.

Un segundo aumento de 1.2 a 1.5 billones de dólares tendría que ser aprobado en el Congreso, al tiempo en que se incluiría un recorte inicial de un billón de dólares de los gastos federales en los próximos 10 años.

El acuerdo incluye un comité bipartidista que recomendaría recortes adicionales al presupuesto por 1.5 billones de dólares y forzaría bajar el gasto automáticamente si el Congreso fallara en poner en marcha las recomendaciones que se esperan para finales de noviembre.

El líder de la cámara baja, el republicano John Boehner, aún enfrenta resistencia para el nuevo convenio por parte de los grupos ultraconservadores de su partido.

Aunque el plan bipartidista no incluye aumentar el ingreso a través de impuestos, voces republicanas ya han mostrado su inconformidad por los recortes incluidos a los departamentos de Defensa y de Seguridad interna, entre otras agencias.

Los demócratas por su parte enfrentan el descontento encabezado por la líder de la minoría en la cámara baja, Nancy Pelosi, quien expresó que podrían no apoyar el plan y advirtió que estudiaría la propuesta para ver el nivel de respaldo que le otorgaría.

El acuerdo político alcanzado no deja a ninguna de las partes contenta, mientras expertos consideran que el movimiento ultraconservador del Partido del Té emerge como el triunfador de las prolongadas negociaciones.