Mubarak y sus hijos, Alaa y Gamal, han negado las acusaciones que recaen contra ellos de abuso de poder e implicación en la muerte de manifestantes durante la revolución del 25 de enero.
El juicio contra Mubarak ha comenzado este miércoles en El Cairo. Mubarak entró en una camilla en la sala del tribunal encargado de juzgarle, ubicada en la Academia de la Policía, en la capital cairota, en un juicio retransmitido por la televisión egipcia. Previamente, habían entrado en el recinto el exministro del Interior, Habib el Adli, seguido por sus asesores, y por los dos hijos de Mubarak, Alaa y Gamal, vestidos de blanco, quienes también serán juzgados.
Rechazo esas acusaciones
El fiscal le ha acusado de estar implicado en la muerte de manifestantes durante la represión de las protestas que lo derrocaron el pasado febrero y de permitir que su ministro del Interior ordenara que se disparasen balas reales contra ellos.
Según el fiscal, Mubarak «tenía intención de matar a manifestantes en distintas provincias donde se estaban llevando a cabo protestas pacíficas por el deterioro de las condiciones» de vida en Egipto. Los asesinatos, ha precisado, fueron ordenados durante los 18 días que duraron las manifestaciones que forzaron su dimisión y entre 2000 y 2010.
El fiscal también ha acusado al ex presidente de varios delitos de corrupción y de gastarse dinero público. «Rechazo por completo todas esas acusaciones», ha declarado Mubarak desde la camilla donde está tumbado durante el juicio, dentro de la celda de los acusados. Sus dos hijos, Gamal y Alaa, que llevaban cada uno un ejemplar del Corán, también han rechazado las acusaciones en su contra.
El abogado que representa a las familias de los manifestantes muertos ha asegurado que el exministro del Interior, Habib al Adli, recibió órdenes de Mubarak de matar a los manifestantes y ha solicitado que sea condenado a pena de muerte. "Él recibió órdenes del expresidente Mubarak para matar a los manifestantes. Solicitamos la imposición del mayor castigo para el acusado", ha afirmado el letrado.
El juicio contra Mubarak y sus dos hijos ha quedado aplazado al próximo 15 de agosto mientras que el exministro del Interior y otros seis altos funcionarios policiales tendrán que comparecer de nuevo el jueves.
Rumores de muerte
Mubarak es, después de Sadam Hussein, el primer dictador árabe juzgado ante un tribunal civil por cargos de asesinato. Zine el Abidine Ben Ali consiguió escapar de Túnez antes de ser detenido, y ha sido condenado en rebeldía. Pero el "rais" egipcio prometió morir en el suelo que le vio nacer y se refugió en Sharm el Sheij.
Los rumores han dado por muerto a Mubarak, de 83 años y con cáncer, varias veces desde su detención. En los últimos días, sus médicos han asegurado que está deprimido y no come, y su abogado llegó a anunciar que estaba en coma, algo que los doctores desmintieron más tarde y que revela mucho sobre la estrategia seguida por su defensa para evitar que comparezca ante el juez.
El experto en Derecho Zakaría Abdelaziz declaró en la cadena ONTV que el ex presidente «no puede ser juzgado en rebeldía y los jueces tampoco pueden trasladarse a donde él esté». Pero la junta militar que gobierna actualmente el país no puede permitirse otra demora. En los últimos dos meses, parte de la opinión pública —sobre todo los jóvenes que estuvieron en la plaza Tahrir desde los primeros días de la revolución— se ha vuelto contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, acusándolo de no poner en marcha las reformas y de permitir que los responsables de la muerte de más de 840 manifestantes sigan libres.