La resolución, que además condena la brutal represión de manifestantes sirios antigobierno, fue adoptada con 33 votos a favor de países de la Unión Europea, Estados Unidos, México, Chile, Uruguay, Perú y Costa Rica, así como Jordania, Arabia Saudita, Qatar y Kuwait, entre otros.
Con ello, el Consejo de Derechos Humanos envió un mensaje “fuerte y claro” al presidente sirio Bashar al Assad para que ponga alto a la violencia empleada contra su propio pueblo.
La resolución adoptada permite la creación y envío urgente de una comisión internacional independiente que será designada por el presidente del Consejo de Derechos Humanos “para investigar las violaciones a las normas internacionales de derechos humanos en Siria”.
La comisión debe determinar los hechos y circunstancias que puedan constituir violaciones de esas normas y en su caso “identificar a los responsables de ellas a fin de asegurar la exigencia de responsabilidades”.
La resolución expresa su profunda preocupación debido a que la gravedad de las violaciones cometidas en Siria “indicaban que había serias posibilidades de que pudieran haberse cometido y siguieran cometiéndose crímenes de lesa humanidad en Siria”.
Por su parte, Rusia y China se negaron a adoptar la resolución por consenso y solicitaron el voto argumentando que el texto busca desestabilizar al país y por ende a la región además de que interfiere con su soberanía y contiene “fines destructivos”.
Los países que votaron en contra fueron Rusia, China, Cuba y Ecuador en tanto que se abstuvieron africanos como Angola, Bangladesh, Camerún, Djibouti, Malasia y Mauritania, además de los asiáticos India y Filipinas.
Al explicar su voto, el representante de Cuba dijo que el proyecto de resolución es “politizado, confrontacional y selectivo” y que sienta un precedente “nefasto” para el Consejo.