El vicepresidente Rafael Espada, quien de parte de Guatemala es el responsable de dar seguimiento al caso, dijo que compartía la posición de medios de prensa internacionales en el sentido de que los experimentos estadunidenses “eran propios de la Alemania nazi”.
“Eso ya lo habíamos dicho –el gobierno guatemalteco- desde el año pasado. Los supuestos experimentos en guatemaltecos desvalidos, realizados de 1946 a 1948 por médicos y científicos estadunidenses, fueron crueles”, indicó.
Se trata de “un insulto y un ultraje a la humanidad”, aseveró el vicepresidente al referirse a los “actos totalmente inmorales” a que fueron sometidos en esos años los guatemaltecos.
Aseguró que las autoridades guatemaltecas “nunca han intentado disminuir el impacto negativo del hecho”, a todas luces violatorio de los derechos humanos, en el que participaron 14 médicos guatemaltecos y diez estadunidenses.
El vicepresidente Espada, tras ratificar que mil 300 guatemaltecos fueron sometidos a los experimentos estadunidenses y de esa cantidad se registraron 83 fallecimientos, resaltó que el gobierno buscará esclarecer el caso y reivindicar a las víctimas.
El caso de los experimentos médicos a manos de estadunidenses en Guatemala se conoció a finales del 2010, luego de la publicación de un estudio en el país del norte de la historiadora Susan M. Reverby.
La comisión presidencial estadunidense creada para investigar el caso señaló que, a manera de reivindicación de las víctimas, recomendaría indemnizar a sus familiares, según medios de prensa.
Un informe preliminar divulgado la semana pasada en Estados Unidos de la comisión designada por el presidente Barack Obama, estableció que 83 personas pudieron haber fallecido durante los experimentos realizados entre 1946 y 1948 en Guatemala.
Los experimentos consistían en inocular sífilis y gonorrea a los pacientes, con el fin de probar la efectividad de la penicilina en tratamientos en desarrollo que protegerían a tropas estadunidenses en frentes de guerra en el extranjero.
Las víctimas de los experimentos fueron guatemaltecos indigentes, prostitutas, huérfanos, presos y enfermos mentales, entre otros desvalidos que fueron sometidos en 1946 y 1948 a las prácticas médicas al parecer sin tener conocimiento de la situación o contra su voluntad.
La comisión determinó en sus investigaciones que unas cinco mil personas fueron infectadas pero solo 700 recibieron algún tipo de tratamiento, según los más de 125 mil documentos del caso estudiados.
La jefa de la comisión presidencial estadunidense, Amy Gutmann, señaló que falta por determinar si las muertes de los guatemaltecos fueron ocasionadas por las enfermedades inoculadas.
El vicepresidente Espada encabeza la comisión que investiga los hechos, la cual está integrada por autoridades de los ministerios de Salud, Gobernación, Defensa, Relaciones Exteriores, de la Procuraduría General de la Nación y del Colegio de Médicos de Guatemala.