Naji Barakat, ministro de Salud del CNT, máxima autoridad libia, precisó que otras cuatro mil personas están desaparecidas y se presume que hayan muerto o se encuentren detenidas, por lo que el número de víctimas mortales se elevará.
Barakat, citado por el diario The Tripoli Post, explicó que sus cifras se basan en reportes de los hospitales, autoridades locales y comandantes rebeldes, pero que un balance completo se conocerá en varias semanas tras las batallas en los últimos reductos de Gadafi.
Manifestó su temor de que al menos cuatro mil personas desaparecidas hayan muerto y enterradas en fosas comunes en Trípoli y otras ciudades, como Misurata, donde tuvieron lugar más de dos meses de feroces combates.
Una de las áreas más afectadas fue la ciudad portuaria de Misurata, donde los rebeldes y las fuerzas de Gadafi lucharon durante dos meses.
Citando cifras de las autoridades de Misurata, el ministro de Salud indicó que al menos dos mil combatientes rebeldes y civiles fueron asesinados en esa ciudad y miles más fueron heridos.
Asimismo, Barakat reportó que numerosos cadáveres son exhumados para su identificación por equipos especializados, que también siguen descubriendo fosas de detenidos en las zonas abandonadas por las tropas leales a Gadafi tras la toma de Trípoli.
Tras la caída de la capital libia, el pasado 21 de agosto, los rebeldes se preparan para tomar el control de Sirte, la ciudad natal de Gadafi, Bani Walid y Sabha, los últimos tres bastiones aún bajo control de las fuerzas leales al coronel libio.
Este jueves, los insurgentes, que ya controlan la mayor parte de Libia y buscan establecer un nuevo gobierno, tomaron posesión del Valle Rojo, acercándose así a Sirte, aseguró un comandante rebelde, Mustafá Bendaraf.
El Valle Rojo está situado a unos 60 kilómetros al este de Sirte y constituye una de las principales líneas de defensa en la región de los fieles a Gadafi.