La investigación, que se difundió este lunes en la versión electrónica de la revista Pediatrics, destacó la relación entre el alza del desempleo y la tasa de niños con Traumatismo Craneoencefálico por Maltrato (Abusive Head Trauma: AHT) en tres regiones de Estados Unidos, antes y durante la recesión económica.
El estudio, coordinado por Rachel P. Berger, del Hospital de Niños de Pittsburgh, Pennsylvania, se desarrolló a partir de diagnósticos clínicos de maltrato en una muestra de 422 niños menores de cinco años pertenecientes a hogares de bajos ingresos, registrados del primero de enero del 2004 al 30 de junio de 2009.
En cada condado donde se produjo un caso de AHT, correspondiente a las tres regiones de estudio, se recolectaron las tasas de desempleo tomando en cuenta que la recesión económica de Estados Unidos se ubicó entre el primero de diciembre de 2007 al 30 de junio de 2009.
Los resultados mostraron que la tasa promedio global de AHT aumentó de nueve casos a 15, un 65 por ciento, durante los 19 meses de recesión económica en comparación con los 47 meses previos a la misma, precisó el resumen de la investigación, que se difundirá en octubre en la edición impresa de la revista especializada en pediatría.
La muestra corresponde a 74 condados de cuatro estados, incluyendo Pittsburgh y el oeste de Pensylvania, Ohio central y sur, así como varios en el norte de Kentucky y en el área de Seattle, Washington, durante un período de cinco años.
En el total de diagnósticos de Traumatismo Craneoencefálico por Maltrato, existía un promedio de 65 casos anuales antes de la recesión, que se convirtieron en esa época de dificultades económicas en 108 al año.
Los especialistas aseguraron que este hallazgo es consistente con las teorías de los efectos del estrés sobre la violencia.
"Dada la elevada morbilidad y mortalidad de los niños con AHT, estos resultados son preocupantes y sugieren que se deben incrementar los esfuerzos de prevención durante tiempos de dificultades económicas", precisó el estudio.
El análisis de datos indicó que la mayoría de daños sufridos por los niños a causa del maltrato fueron en el cerebro, y 69 de los pequeños murieron, sin embargo, la tasa de mortalidad por esta causa no aumentó durante la recesión económica.
Los investigadores destacaron que en la mayoría de los hogares de los niños afectados ya se tenían problemas financieros con anticipación a la recesión.
Sin embargo, la situación económica afectó a muchas más familias de bajos ingresos, incrementando las tensiones y por consiguiente aumentando los riesgos en su interior.