El informe elaborado por el grupo bipartidista de control antinarcóticos que presiden la demócrata Feinstein y el republicano Grassley criticó asimismo el entorno en Centroamérica que favorece la actividad de las organizaciones criminales.
“Pese a los esfuerzos para incrementar los programas de prevención y tratamientos, Estados Unidos sigue siendo el más grande consumidor de drogas ilegales en el mundo”, sostuvo el estudio.
Detalló que en el país fueron registrados 22.6 millones de consumidores mayores de 12 años en 2010, que representan el 8.9 por ciento de la población estadunidense.
El informe subrayó que el traslado a Centroamérica de organizaciones dedicadas al tráfico de drogas ocurrió por “muchas razones... incluyendo procesos judiciales, gobierno débil, una débil aplicación de las leyes y la geografía”.
El reporte, titulado “Respondiendo a la violencia en Centroamérica”, abundó que los traficantes colombianos, para evitar intercepciones en el Caribe, “establecieron rutas por Centroamérica y fortalecieron una alianza con sus contrapartes”.
Guatemala y Honduras fueron afectados de manera dura por las organizaciones narcotraficantes, sostuvo el estudio, que mencionó el traslado al área de grupos criminales.
El informe destacó el alto índice de homicidios en Centroamérica el año pasado, que promediaron los 18 por cada 100 mil personas, pero subrayó que en Honduras la cifra fue de 77 asesinatos por cada 100 mil personas, en El Salvador la media fue de 66 y en Guatemala de 50.