El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, se sumó hoy al duelo internacional por la muerte del fundador de Apple, Steve Jobs, a quien calificó como un “genio” y un “gran hombre” que “cambió el mundo”.

Las personas como Steve Jobs cambian nuestro mundo. Expreso mis más sinceras condolencias a los familiares y a todos los que apreciaban su inteligencia y talento”, escribió Medvedev en su Twitter.

El mandatario ruso conocía personalmente a Steve Jobs, quien le regaló un iPhone 4 durante la visita que realizó al Valle del Silicio en el marco del viaje a Estados Unidos, según la agencia rusa de noticias Novosti.

Además del jefe del Kremlin, miles de blogueros rusos y representantes del sector empresarial enviaron sus condolencias a la familia de Jobs, quien falleció anoche a los 56 años de edad a consecuencia del cáncer en el páncreas que padecía desde 2003.

El asesor de Medvedev, Arkadi Dvorkóvich, comentó a su vez, que los logros de Jobs en el transcurso de su vida “no tan larga” son dignos de aplausos.

“¿Quién cambia más al mundo, grandes políticos o grandes empresarios?”, hizo una pregunta retórica en su Twitter el jefe de la corporación rusa de alta tecnología Rosnano, Anatoli Chubáis.

Los representantes del sector empresarial ruso coincidieron en que la muerte de Jobs es un duro golpe para Apple, siempre asociada con su fundador, y que por el momento nadie es capaz de reemplazarlo ni ganarse igual confianza de los inversionistas.

Muchos internautas rusos opinan que los rasgos más importantes de Jobs, que le ayudaron a convertirse en “una persona emblemática que unió los siglos XX y XXI”, fueron su “entusiasmo” y “valentía”, así como “una sincera pasión y dedicación a su misión”.

Sin embargo, algunos comentaron que pese a una “enorme aportación” al mundo de la tecnología y computación, sería una exageración decir que fuera un “profeta” o “visionario”.

La mayoría opina que el logro más importante de Jobs consiste en que hizo agradable y fácil el uso de dispositivos electrónicos para millones de personas.

Jobs, quien padecía cáncer de páncreas desde 2003, se operó con éxito en 2004 y se sometió a un trasplante de hígado en 2009 pero en agosto pasado tuvo que abandonar el cargo de consejero delegado de Apple por motivos de salud.

En enero pasado, Jobs traspasó el control de operaciones a Tim Cook y a finales de agosto propuso nombrarlo como consejero delegado.