La provincia china de Cantón, la más poblada China con 104 millones de personas, desestimó finalmente un cambio de la política de hijo único, como sugirieron las autoridades locales hace unos meses, según publica hoy la prensa del país asiático.

Cantón, una de las regiones más ricas de China gracias a su industrialización y potente sector exportador, había planteado hace unos meses la relajación de la política de hijo único que desde 1979 se aplica en la mayoría del territorio chino.

De esta forma, las autoridades locales proponían al Gobierno central de Pekín que los matrimonios compuestos por miembros que son hijos únicos pudieran tener un segundo bebé, para de esta forma corregir los desequilibrios demográficos, sobre todo el envejecimiento de la población y el exceso de varones.

No habrá ajustes significativos de la política de planificación familiar durante los próximos cinco años”, durante el duedécimo Plan Quinquenal, dijo Zhang Feng, citado por el periódico Nanfang Ribao y dando por zanjada esta propuesta que ha creado debate en el país asiático.

Desequilibrio demográfico 

Un informe presentado por el ministerio de Salud chino en agosto indicó que la diferencia entre el número de mujeres y de hombres ha crecido desde 1982, cuando el ratio era entonces de 108 hombre por cada 100 mujeres, y desde 1990, cuando se situó en 111 hombres por cada 100 mujeres.

Los expertos estiman que al menos diez millones de hombres no podrán casarse durante la próxima década a causa del desequilibrio demográfico.

Ello es consecuencia directa de la política de hijo único, lo que ha hecho que las familias elijan tener un hijo varón, visto en Asia como un signo de bonanza.

Así, esta normativa que ha estado en vigor durante más de tres décadas ha provocado el aborto de millones de madres que, ante las restricciones de natalidad impuestas por el régimen, decidían abortar para concebir un varón.