El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos aseguró que los muertos en las protestas pro-democracia en Siria superan las tres mil personas y hay riesgos de que se desate una guerra civil en esa nación árabe.

La máxima responsable en materia de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, expresó sus temores de que la situación en Siria pronto degenere en una guerra civil.

En un comunicado distribuido en Ginebra, Suiza, Pillay denunció la “brutal represión” del gobierno de Bashar al Assad y llamó a la comunidad internacional a asumir responsabilidad para “tomar medidas de protección de forma colectiva”.

"A medida que más miembros del Ejército rechazan atacar a civiles y cambian de bando, la crisis va mostrando señales preocupantes de convertirse en un conflicto armado", explicó la representante de Naciones Unidas.

Solo en los últimos 10 días ha habido un centenar de víctimas mortales, mientras se siguen produciendo detenciones arbitrarias, desapariciones y torturas, afirmó el Alto Comisionado, una ex magistrada de crímenes de guerra de la ONU.

"La responsabilidad es de todos los miembros de la comunidad internacional de tomar medidas de protección de forma colectiva, antes de que la continua represión brutal y las matanzas conduzcan al país a una guerra civil total", señaló.

En Londres, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó este viernes que 10 civiles murieron en la provincia norteña de Idlib cuando soldados leales al presidente Bashar al-Assad atacaron la ciudad de Binish.

En la sureña provincia de Deraa, donde la ola de protestas de seis meses contra Assad primero emergió, seis soldados y dos desertores del ejército murieron en la ciudad de Haara, al igual que un civil, señaló el grupo.