En su carta de dimisión, Fox admitió que “fue un error permitir que mi responsabilidad profesional se mezclara con cuestiones personales”.
El político conservador habría violado el código de ética ministerial por haber invitado a su amigo Adam Werritty a 18 viajes oficiales en el extranjero, donde se trataban asuntos de Estado y seguridad nacional.
Fox señaló en su misiva que “las consecuencias se han vuelto más claras en días recientes”, y pidió una disculpa por ello. Agregó que “el interés nacional está por encima del interés personal y por ello con gran tristeza, dimito al cargo de secretario de Defensa”.
Al aceptar su renuncia, el primer ministro británico, el conservador David Cameron, señaló que Fox ha sido un colaborador invaluable en los últimos seis años.
A raíz de las acusaciones contra Fox sobre tráfico de influencias, se abrió una investigación oficial donde Werritty fue interrogado hoy por segunda ocasión sobre cómo y quién financió sus viajes de lujo con Fox al estilo “jet set”.
El secretario de Transporte, Phillip Hammond, reemplazará a Fox como ministro de Defensa.