Las autoridades de Tailandia comenzaron hoy a hacer preparativos para evacuar el centro operativo contra las inundaciones instalado en el aeropuerto capitalino de Don Muang a causa de la crecida de las aguas procedentes de la meseta central, y que a medida que pasan las horas anegan más distritos de Bangkok.

El agua también amenaza con anegar en las próximas horas al menos seis distritos del norte de Bangkok, además de las terminales del aeropuerto de Don Muang, a unos 20 kilómetros del centro de la urbe y utilizado por varias compañías aéreas de bajo costo para vuelos interiores, y desde la pasada semana empleado también para albergar a unos miles de personas desplazadas por las inundaciones.

El gobernador de Bangkok, Sukhumbhand Paribatra, indicó también que debido al aumento del nivel de agua, unas 4.000 personas fueron evacuadas de las instalaciones de la Universidad de Thammasat en las que se cobijaban y recibían atención.

La situación no era menos inquietante en el noreste de Bangkok, donde los soldados y trabajadores de varias empresas elevaban con sacas de arena la altura de los muros que protegen los polígonos industriales de Lat Krabang y Ban Chan, dos de los más importantes del país por el número de fábricas que albergan.

"Después de examinar los datos que tenemos, estamos seguros de que la situación es muy seria y creemos que además empeorará", dijo en conferencia de prensa el gobernador de Bangkok.

Hasta el momento, las aguas inundan siete polígonos industriales situados al norte de la capital, lo que ha causado la ruptura de los canales de distribución de la industria, incluida la alimentaria.

En los supermercados y comercios de la capital cada día hay mayor escasez de alimentos de primera necesidad.

Cerca de un millar de presos de la cárcel de Thanyaburi, próxima a la capital, fueron trasladados a otras prisiones del país después de la entrada de agua en este centro, indicó el departamento de instituciones penitenciarias.

El principal objetivo de las autoridades tailandesas es intentar evitar que Bangkok, que aporta a la economía el 41 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), acabe anegada como ha ocurrido con 28 provincias de la meseta central.

"Si Bangkok resulta afectada esto tendrá un impacto en todo el país, por eso es muy importante impedir que ello ocurra", señaló el gobernador en un discurso televisado.

Algunas carreteras de acceso a Bangkok desde el norte han sido cerradas al tráfico por intransitables y en las otras se producen infernales atascos debido al agua y a las largas hileras de vehículos averiados o aparcados en los arcenes.

Según fuentes policiales citadas por la prensa local, agentes del cuerpo han matado a tiros a dos cocodrilos y participado en la captura de otros seis que habían escapado de criaderos de reptiles.

El número de personas damnificadas por las inundaciones, las peores ocurridas en Tailandia en el último medio siglo, asciende a 2,5 millones, incluidas 113.000 que han abandonado sus hogares, y afectan a más de nueve millones de habitantes del país.

Al menos 356 personas han muerto a raíz de las inundaciones que comenzaron a finales del pasado julio con el desbordamiento de ríos y pantanos coincidiendo con el inicio de las copiosas lluvias del monzón.

El Gobierno de la primera ministra Yingluck Shinawatra, quien asumió el poder el pasado agosto, ha avisado de que es inevitable la inundación parcial de Bangkok, una capital en la que residen cerca de doce millones de personas.

A pesar de que hace varios días que no llueve ni en Bangkok ni en la meseta central, las autoridades estiman que el agua continuará anegando algunas zonas durante al menos otras cuatro semanas.


"El agua me quiere comer"

Supanee Pansuwan ya ha recogido sus cosas y evacuado cuatro veces en un mes, desde que las crecidas comenzaron a anegar su casa en el centro de Tailandia. Ahora, cuando las aguas amenazan el albergue en las afueras de Bangkok en el que ha vivido en las últimas dos semanas, Supanee ha recibido instrucciones de irse de nuevo.

"Parecería que el agua me está persiguiendo", dijo el lunes, sentada en el suelo de un gimnasio universitario que ha servido como uno de los principales refugios en Tailandia desde el comienzo de las peores inundaciones en medio siglo en el país. "Adondequiera que voy, el agua me sigue. Así que cada vez que me vuelvo a mudar, pienso que el agua me va a seguir de nuevo".

Los temores y la confusión de Supanee sobre dónde ir y lo grave de las inundaciones son algo compartido por muchos tailandeses. Desde que las inundaciones llegaron a zonas al norte de la capital de nueve millones de habitantes hace dos semanas, los residentes de Bangkok han estado observando nerviosamente los acontecimientos y escuchando versiones contradictorias de sus funcionarios.

El gobernador de Bangkok le advirtió a residentes el domingo por la noche que las aguas estaban avanzando más rápidamente que lo esperado y amenazaban seis distritos en su avance hacia las zonas más habitadas, incluyendo barrios cerca del mercado de Chatuchuk, una popular atracción para los turistas.

Sukhumbhand dijo esperar que las aguas inunden el área de Don Muang al norte de la ciudad, donde están el viejo aeropuerto capitalino, usado ahora como sede principal de las gestiones de socorro y como albergue para damnificados.

Enfrentando grandes presiones y escrutinio de la prensa, la primera ministra Yingluck Shinawatra trató de restar importancia a la noción de que su gobierno no estaba siendo honesto sobre la situación, luego de varias declaraciones optimistas que han contradicho los comentarios más sombríos hechos por Sukhumbhand.

El conflicto tiene un tono político, toda vez que Sukhumbhand es un miembro prominente del opositor Partido Democrático, derrotado por Yingluck hace apenas unos meses.

Yingluck dijo el fin de semana que pudieran pasar hasta seis semanas antes de que las aguas retrocedan a niveles manejables alrededor de Bangkok y la agencia de desastres dijo que la amenaza de que las crecidas inunden la capital pudiera aliviarse para el inicio de noviembre.