Al finalizar una liturgia de la palabra, que presidió ante miles de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano y que sustituyó a la tradicional audiencia general de los miércoles, el pontífice dedicó un mensaje a los damnificados del movimiento telúrico.
“En este momento el pensamiento va a la población de Turquía duramente golpeada por el terremoto, con pérdida de vidas humanas, desaparecidos y daños”, dijo en italiano.
“Los invito a unirse a mí en la oración por aquellos que han perdido la vida y a estar espiritualmente cercanos a las personas probadas. El altísimo de sostén a todos aquellos que están empeñados en las obras de socorro”, agregó.
Mientras tanto las labores de auxilio continúan en las zonas más golpeadas por el terremoto, especialmente en la provincia de Van donde ciudades como Erics quedaron prácticamente destruidas.