Entre las víctimas destacaron comunicadores caídos mientras cubrían manifestaciones en el Medio Oriente y África del Norte, señaló el CPJ en su informe anual sobre periodistas muertos.
El CPJ indicó que en tanto la cifra de asesinatos premeditados disminuyó, la de muertes durante protestas callejeras y conflictos llegó a su máximo nivel histórico, con 16 en 2011, ocho de las cuales sucedieron en combate.
Los fotógrafos y camarógrafos, con frecuencia más vulnerables durante disturbios violentos, cayeron en índices mayores al doble que el promedio histórico y representaron 40 por ciento de la lista de este año.
El organismo resaltó asimismo la vulnerabilidad de los periodistas independientes, que conformaron un tercio del total de la lista de este año.
Pakistán encabezó la lista por segundo año consecutivo, con siete periodistas caídos, con lo que acumula 29 muertes de esta naturaleza en el último lustro. Siguen Libia e Irak, con cinco comunicadores muertos cada uno.
México figuró en cuarto lugar, con tres fatalidades, las de Luis Emanuel Ruiz Carrillo de La Prensa de Monclova (en el estado de Coahuila), Carlos Alberto Guajardo Romero del Expreso Matamoros (Tamaulipas) y Valentín Valdés Espinosa del Zócalo de Saltillo (Coahuila).
Dentro de la lista de 43 comunicadores muertos en el mundo en cumplimiento de su labor –consistente con la del año pasado, cuando CPJ documentó 42 muertes–, 19 fueron asesinados de manera premeditada, la cifra más baja desde 2002.
Indicó además que ocho periodistas de internet cayeron en represalia directa por su labor durante el año, entre los que destacó el caso de la reportera mexicana María Elizabeth Macías Castro, el primer asesinato documentado por CPJ ocurrido por publicar informes en redes sociales.
El informe estableció además que 35 periodistas murieron este año sin que se hayan confirmado plenamente los motivos; cuatro de ellos en territorio mexicano.
Resaltó que al menos dos periodistas fueron reportados como desaparecidos durante el año, ambos en México, donde 11 periodistas han sufrido la misma suerte durante la última década.
Expuso que el Congreso mexicano sigue debatiendo la legislación que haría del fuero federal los crímenes contra la libertad de expresión, lo que evitaría que los casos fueran procesados por funcionarios locales “corrompidos e influenciados por grupos criminales”.
“Los periodistas mexicanos continúan enfrentando una opción oscura: censurar su trabajo o informar bajo riesgo”, enfatizó el organismo.