Miles de personas, la mayoría miembros de la comunidad china, pero también de otras nacionalidades e italianos, protestaron hoy aquí en demanda de mayor seguridad tras el homicidio, la semana pasada, de dos chinos, uno de ellos una bebé de 9 meses de edad.

La marcha inició en la céntrica plaza Vittorio, famosa por ser sede de negocios y tiendas de inmigrantes de varias nacionalidades, y concluyó en el barrio periférico, en donde el miércoles de la semana pasada fueron asesinados Zhou Zheng, de 31 años y su hija Joy, de 9 meses, durante un asalto.

“No a la violencia, sí a la seguridad”, decía uno de los carteles portados por los manifestentes, entre quienes estaban familiares de las víctimas.

“Somos más de 10 mil”,

El doble homicidio causó consternación en Italia, sobre todo porque una de las víctimas fue la bebé, pero también sacó al descubierto un giro de negocios de cientos de miles de euros movido por la comunidad china que atraía a bandas de criminales.

De hecho, según la policía, los asesinos son dos marroquíes que ya antes cometieron decenas de robos en la zona, en su mayoría contra ciudadanos chinos, sin que tales delitos fueran denunciados.

Joy y su padre murieron el 4 de enero por la noche cuando retornaban, al lado de la madre y esposa, de un bar de su propiedad en una zona periférica de Roma cuando fueron asaltados por los dos hombres, que viajaban en una moto y que dispararon cuando opusieron resistencia.

Una sola bala traspasó el cráneo de la bebé y alcanzó a su padre en el pecho, ocasionando su muerte instantánea, mientras la tercera víctima resultó herida.

La familia victimada también manejaba un negocio aparentemente ilegal de transferencia de dinero de inmigrantes y ese día transportaba a pie en una bolsa unos 16 mil euros en efectivo, recuperados en un terreno vecino, donde fueron dejados por los asesinos presuntamente porque estaban manchados de sangre.

En el caso intervino la embajada china en Italia, que pidió seguridad y mayores garantías para sus ciudadanos en el país europeo, mientras la víspera el presidente italiano, Giorgio Napolitano visitó en el hospital a la madre y esposa de las víctimas.

Las autoridades giraron una orden de arresto internacional contra los dos presuntos asesinos, que fueron identificados gracias al uso de videocámaras.

También fueron identificados porque en la bolsa con el dinero robado dejaron sus huellas digitales, que ya habían sido rastreadas en noviembre pasado en las pertenencias de una mujer china que también fue asaltada por ellos.