La Organización de las Naciones Unidas (ONU) consideró hoy que es difícil “verificar” el número de muertos y heridos en Siria, pese a reconocer la escalada de violencia entre el ejército sirio y las fuerzas opositoras.

"Nadie debe dudar ni por un segundo" que el número de heridos y muertos continúa en aumento en Siria, dijo el portavoz de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos (ACNUDH) Rupert Colville.

Sin embargo, reconoció que por el momento "no se está en posición de verificar las cifras".

Colville afirmó en rueda de prensa en Ginebra que la escalda de violencia en el país árabe "es muy peligrosa y alarmante", pero lo que está sucediendo en el terreno "es muy difícil de corroborar y por eso hemos parado de actualizar la cifra de víctimas".

El último estimado de la ONU reportó al menos cinco mil 400 muertos a principios de enero, pero en las últimas semanas grupos de derechos humanos denunciaron centenares de víctimas mortales.

Colville reiteró su llamado al gobierno de Bashar al Assad a "poner alto a la matanza de civiles", mientras la prensa internacional reportó que tan sólo el domingo los combates entre rebeldes y el régimen sirio causaron la muerte de 68 personas.

Este martes asistirán al Consejo de Seguridad de la ONU, la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, los dirigentes de la Liga Árabe y los ministros de Relaciones Exteriores de Reino Unido y de Francia, en busca de aprobar una resolución contra el régimen sirio.

Mientras, Rusia, aliado de Damasco y con derecho de veto, reiteró su oposición a un proyecto por el cual el presidente sirio, Bashar al Asad, debe entregar el poder a su vicepresidente para que encabece un diálogo con la oposición.

Según declaraciones del gobierno de Moscú, esa iniciativa podría "abrir el camino a una guerra civil".

El gobierno de Asad ha reforzado la ofensiva militar en Damasco y sus alrededores para tratar de asfixiar a la oposición, fortalecido con el apoyo de Rusia y la división de opinión entre los miembros de Naciones Unidas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró por su parte la violencia en Siria como una "amenaza para la paz" y se mostró esperanzado en que la reunión de este martes en Nueva York pueda dar frutos “rápidamente".