Alrededor de 100 mil personas murieron y casi la mitad de la población abandonó sus hogares en cuatro años de lucha, por lo que en memoria a todos aquellos que perdieron la vida se colocaron sillas rojas en la calle donde comenzó el conflicto en la ciudad de Sarajevo.
Varios residentes colocaron flores blancas, muñecos de peluche, juguetes y libros de texto sobre algunas de las sillas pequeñas puestas para recordar a los niños asesinados por las fuerzas serbias.
En punto de las 14:00 horas locales (12:00 GMT), los residentes detuvieron todas sus actividades y guardaron silencio durante una hora para marcar el inicio del conflicto.
En un escenario puesto en un punto de la calle, un coro y una pequeña orquesta clásica interpretaron canciones, muchas de ellas compuestas durante el asedio de las fuerzas serbias.
Durante tres años y ocho meses en la década de 1990, Sarajevo fue una ciudad sitiada, pero la peor atrocidad ocurrida en el conflicto tuvo lugar en Srebrenica, en Bosnia oriental, en julio de 1995.
Las fuerzas serbias de Bosnia, lideradas por el general Ratko Mladic, asesinaron a alrededor de ocho mil niños y hombres musulmanes.