La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, conmemoró nueve años del triunfo electoral de su esposo, el fallecido ex mandatario Néstor Kirchner, y convocó a los argentinos a reforzar el modelo político iniciado por él.

La mandataria encabezó un multitudinario acto en el Estadio de Vélez, al que acudieron 150 mil miembros de organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos, sindicales y universitarias para refrendar el apoyo a su gobierno.

El mitin oficialista, que tuvo como única oradora a la presidenta Fernández, se llevó a cabo en medio del proceso de expropiación de la española Repsol YPF, lo que permitirá al Estado recuperar el manejo del petróleo luego de 20 años de privatización.

En esencia, el gobierno quiso y pudo demostrar la primacía política y el mayoritario respaldo social que aún tiene en este país sudamericano, pese a que el kirchnerismo está a punto de cumplir una década en el poder.

Fernández recordó que el 27 de abril de 2003 se realizaron las elecciones en las que su fallecido esposo quedó en segundo lugar con el 22 por ciento de los votos, ante el 24 por ciento obtenido por el ex presidente Carlos Menem (1989-1999).

Recordó que ambos tenían que ir a una segunda vuelta, pero Menem renunció de manera sorpresiva ante la abrumadora derrota que le anticipaban las encuestas, por lo que Kirchner tuvo que empezar a gobernar con ese magro 22 por ciento de sufragios.

La presidenta Fernández dijo que, previo a la toma de posesión, en una cena con intelectuales, les preguntaron a ambos cómo harían para gobernar un país tan quebrado institucionalmente y legitimarse.

“Les contesté que la legitimidad la íbamos a construir a fuerza de políticas orientadas a marcar el destino histórico de Argentina. Nos sobraba coraje para dar vuelta a la historia”, afirmó.

Acompañada por sus hijos, su madre, su hermana y su gabinete en el escenario, Fernández enumeró los logros del kirchnerismo, como la renegociación de la deuda externa y el pago total al Fondo Monetario Internacional (FMI).

También mencionó los juicios a los represores de la última dictadura militar (1976-1983), la reducción de la pobreza, el crecimiento del empleo, la reestatización de los fondos de pensiones y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Sin embargo, dijo Fernández, una de las mejores herencias que dejará el kirchnerismo será la masiva participación política de los jóvenes, a quienes nombró como “los verdaderos custodios de este legado histórico, los que no van a permitir ni un paso atrás”.

Vestida de negro luctuoso, tal y como lo ha hecho desde que Kirchner murió el 27 de octubre de 2010, Fernández confió en que el espíritu del fallecido ex mandatario y el de los 30 mil desaparecidos durante la dictadura militar, la acompañaron en esta jornada.