El anuncio del presidente boliviano, Evo Morales, sobre la expropiación de una filial de Red Eléctrica Española (REE) no frenó hoy las protestas sindicales por mejores salarios ni de los indígenas amazónicos que rechazan la construcción de una carretera en el parque nacional Tipnis.

Cientos de mineros, maestros, obreros fabriles, trabajadores de hospitales estatales y otros afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB) marcharon hoy en La Paz para rechazar el 8 % de alza salarial que Morales consagró en un decreto presentado en el acto oficial para celebrar el Día del Trabajo.

Ante dirigentes campesinos y sindicales leales a su Gobierno, Morales también ratificó el reajuste de 22,7 % del salario mínimo de 117 dólares mensuales, el más bajo de los países andinos, pero no atendió la demanda de la COB de tener en cuenta lo que llama "canasta familiar básica", que calcula en 1.192 dólares mensuales.

Los trabajadores volvieron a detonar tacos de dinamita a su paso por las principales calles paceñas, quemaron un muñeco que representaba a Morales y deploraron la aprobación del decreto sin que hayan concluido sus negociaciones para lograr un aumento mayor al 8 %.

Los sindicatos también reclaman la anulación de un decreto que aumenta de seis a ocho horas la jornada laboral de médicos y trabajadores de hospitales estatales.

El decreto del aumento salarial también dejó "desconcertados" a los empresarios porque no fue consensuado, según reconoció en declaraciones a los medios el presidente de la mayor patronal del país, Daniel Sánchez.

El líder de la COB, la mayor entidad sindical de Bolivia, el minero Juan Carlos Trujillo, anunció que tendrán una reunión nacional este jueves para analizar el decreto y posibles medidas de presión.