El régimen de Siria rechazó hoy que su país viva una guerra civil como manifestó el jefe de operaciones de mantenimiento de paz de la ONU, Herve Ladsous, mientras las tropas sirios retomaron el control de al-Haffa tras el retiro de los rebeldes.

“Hablar de una guerra civil en Siria no refleja la realidad. Lo que está sucediendo en el país es una guerra contra grupos armados que eligieron el terrorismo como camino para alcanzar sus metas”, señaló la cancillería en un comunicado divulgado por la agencia de noticias SANA.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y Emigrantes de Siria pidió objetividad a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y manifestó su extrañeza por las declaraciones de Ladsous sobre la existencia de una guerra civil en el país.

Ladsous ha admitido que el conflicto en Siria alcanzó el nivel de guerra civil, la primera vez que Naciones Unidas hace una mención directa en ese sentido sobre el conflicto.

“Siria esperaba y sigue esperando que los funcionarios de la ONU, en particular Ladsous, traten con objetividad, imparcialidad y precisión a los actuales acontecimientos en Siria, sobre todo después del despliegue de observadores internacionales”, agregó el texto.

Destacó que Siria no está viviendo una guerra civil sino una lucha para erradicar el flagelo del terrorismo y poner fin a los asesinatos, a los secuestros, a los atentados y a los asaltos y actos de sabotaje contra las instituciones del Estado y las empresas públicas y privadas.

En ese sentido, la cancillería explicó que de acuerdo al Derecho Internacional, las autoridades sirias tiene el deber de enfrentar a esos crímenes e imponer la autoridad del Estado sobre todo el territorio sirio.

Asimismo, Siria reiteró su compromiso con el plan de paz del enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan, que establece entre otros puntos el cese al fuego, la liberación de presos políticos y un diálogo entre el régimen sirio y la oposición.

Poco antes, las fuerzas leales al régimen sirio retomaron el control de la ciudad de al-Haffa tras el retiro de las fuerzas armadas opositoras después de ocho días de intensos combates y bombardeos.

El opositor Ejército Sirio Libre (ESL) decidió retirarse esta mañana de la sitiada ciudad de al-Haffa, como una táctica para evitar la muerte de más civiles.

Localizada en la provincia de Latakia, al oeste de Siria, al-Haffa había convertido en los últimos ocho días en escenario de duros enfrentamientos y continuos bombardeos por parte de las fuerzas gubernamentales y sus milicias “shabbiha”.

Su control es particularmente importante para el régimen sirio porque al-Haffa está a unos 30 kilómetros de la ciudad natal del presidente Bashar al-Assad, Kardaha, en la provincia de Latakia.

En otro frente militar, las fuerzas sirias reanudaron este miércoles los bombardeos contra posiciones opositoras en las ciudades sirias de Homs y Deraa, así como en la provincia de Aleppo y en el distrito de Zabadani, cerca de Damasco.

Al menos 16 personas, incluidas una mujeres y cinco niños de una misma familia, murieron durante diferentes acciones de las tropas sirias, reportó el centro que documenta la violencia en Siria (Vdc)

Los cinco niños, todos menores de seis años, así como su madre, perdieron la vida en la zona de mayoría kurda de Afrin, en el norte de Aleppo.

Ante la creciente ola de violencia en Siria a pesar de la presencia de observadores internacionales para verificar el cumplimiento del plan de paz de Annan, otros dos mil refugiados sirios llegaron a Turquía en las últimas 48 horas, según fuentes de la cancillería turca.