Las potencias se reunirán el sábado en Ginebra para analizar la situación, que para la ONU está a un paso de la guerra civil. Por la presión, no habrá un representante del régimen de Teherán

 La inminencia de una guerra civil en Siria se ha hecho patente con la "dramática escalada" de los enfrentamientos entre las tropas del régimen y la oposición armada, según declaró el presidente de la comisión de investigación de la ONU para el país árabe, Paulo Pinheiro.
 
El diplomático, que volvió a poner sobre el tapete un concepto ya evocado para esta crisis, advirtió que los combates se extienden progresivamente a más sitios y tienen cada vez más el carácter de un "conflicto armado no internacional". Además, hay más signos de que "las víctimas son atacadas por su pertenencia a un credo religioso".
 
Ese cuadro servirá de telón de fondo a las negociaciones que tendrán lugar en esa ciudad suiza el sábado, cuando los cinco miembros del Consejo de Seguridad (EEUU, China, Reino Unido, Francia y Rusia), además de Turquía, analicen la situación.  
 
En contra del deseo del emisario especial de Naciones Unidas y de la Liga Árabe, Kofi Annan, no está previsto que Irán acuda a la cumbre debido al rechazo de Washington. Las potencias se opusieron a aceptar al socio de Bashar Al Assad debido a su controvertido plan nuclear. Annan dijo, sin embargo, que mantendría a sus autoridades informadas sobre las conversaciones.   
 
En el centro del debate estará el plan de paz de seis puntos que propuso Annan y que hasta ahora no se ha cumplido. Los Estados Unidos ven "más posibilidades" de llegar a un consenso e intentarán salvar las diferencias con Rusia en torno al plan de transición para Siria.
 
La vocera del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, evitó precisar si Washington cree que logrará el apoyo de Moscú para que el programa incluya la salida del poder de Al Assad, aunque aseguró que ha visto "una mayor unidad en los últimos dos o tres días sobre cuál será el mensaje correcto que saldrá de esta reunión".