Pretoria. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, expuso ayer martes que el mundo debe hacer planes con urgencia para evitar la guerra sectaria o terrorismo importado en Siria después de que el régimen del presidente Bashar al-Assad caiga, al citar el ritmo de las deserciones del gobierno y el hecho de que las victorias de los rebeldes sirios han abierto un corredor seguro a Turquía.
Clinton no pudo predecir cuánto tiempo permanecería Al-Assad en el poder, de cara a lo que llamó una fuerza rebelde cada vez mejor organizada y mejor equipada, pero sugirió que Estados Unidos acelera la planificación de lo que refirió como “el día después”.
“Creo que podemos empezar a hablar y planear que pasará después”, aseguró durante una visita diplomática a Sudáfrica.
“La intensidad de los combates en Aleppo, las deserciones, ciertamente enfatizan cuán imperativo es que nos unamos y trabajemos hacia un buen plan de transición”, agregó.
Clinton sostendrá conversaciones de emergencia sobre Siria este fin de semana en Turquía, las cuales se centrarán principalmente en el crucial periodo que vendría inmediatamente después de la eventual caída de Al-Assad, indicaron funcionarios estadounidenses.
Es probable que las conversaciones también incluyan las nuevas posibilidades de hacer llegar ayuda u otro tipo de asistencia a Siria a lo largo de una repentina ruta desde Turquía. Los rebeldes controlan la mayor parte del territorio alrededor de Aleppo, indicó Clinton ayer.
Estados Unidos parece más dispuesto a utilizar ese corredor para ayudar a los combatientes rebeldes, pero Clinton no se refirió a la solicitud que han hecho desde hace mucho tiempo los rebeldes de una intervención militar estadounidense. La administración de Obama ha suministrado avanzados equipos de comunicaciones, pero se ha abstenido de suministrar armas de fuego u otras armas letales.
Aparte de Israel, Turquía es el aliado más fuerte de Estados Unidos directamente afectado por los acontecimientos que se desarrollan en Siria.
La decisión de Clinton de agregar un día de conversaciones con altos funcionarios turcos a un viaje sin relación, es una señal de la preocupación de los turcos sobre la posibilidad de una prolongada guerra civil en su vecindario.