Esa es la cifra de los “padres sinodales” que tomarán parte en la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se extenderá del 7 al 28 de octubre y analizará el tema de “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”.
El secretario general del Sínodo, Nikola Eterovic, informó este viernes que de los prelados asistentes 130 provienen de Europa, 63 de América, 50 de África, 39 de Asia y siete de Oceanía. Se trata del número más elevado en la historia de estas citas bianuales.
Algunos padres sinodales, unos 182, fueron elegidos como representantes de las conferencias episcopales de todos los países del mundo y por la Unión de Superiores Generales de congregaciones religiosas, mientras el resto fueron propuestos por el Papa.
Del total destacan seis patriarcas, 49 cardenales, tres arzobispos mayores, 71 arzobispos, 120 obispos, 14 sacerdotes y 32 presidentes de conferencias episcopales.
Además el pontífice eligió a 45 expertos y 49 auditores, entre los cuales figuran no religiosos y algunas mujeres.
Un mexicano ocupará un espacio especial entre los asistentes, se trata del arzobispo y cardenal de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, quien será uno de los tres vicepresidentes delegados en la asamblea.
Además, junto a los obispos, tomarán parte personalidades no católicas como Rowan Williams, arzobispo de Canterbury y primado de Inglaterra, quien pronunciará un discurso sobre la nueva evangelización desde el punto de vista de los anglicanos, a los cuales lidera.
Así como Werner Arber, profesor de microbiología del Biozentrum de la Universidad de Basilea (Suiza) y premio Nobel, quien hablará ante el pleno el viernes 12 de octubre.
Incluyendo los 32 asistentes y los 30 traductores, más de 400 personas estarán presentes en la asamblea del máximo órgano de apoyo al Papa en el gobierno central de la Iglesia católica.
A lo largo de los 21 días de la cita se celebrarán 23 congregaciones generales en las cuales cada padre sinodal podrá hablar por un máximo de cinco minutos, mientras en las ocho sesiones de “círculos menores”, por grupos los clérigos abordarán los diversos subtemas.
Asimismo están previstos varios momentos de “discusiones libres”, en las cuales y de manera espontánea, los obispos que lo deseen podrán dirigirse a sus compañeros en mensajes de tres minutos.
“El Sínodo ha sido preparado para centrarse en los bautizados que ya no practican su fe y las personas que se alejaron de la Iglesia, para recuperar el impulso de la Iglesia para hacer descubrir a Jesús también a los no creyentes o agnósticos”, explicó Eterovic.