Nicolás Maduro, un ex conductor de autobús de aspecto fortachón y sonrisa discreta que esconde tras un espeso bigote, logró un importante avance en su carrera política al escalar a la vicepresidencia, el segundo cargo de mayor importancia en el país.
Su designación, aunque no generó sorpresa debido a que su nombre era mencionado para ese puesto desde el año pasado, luego que al presidente Hugo Chávez le detectaron cáncer en junio del 2011, ha levantado nuevamente suspicacias sobre si el mandatario, que aseguró a mediados de año haber superado la enfermedad, estaría abriendo el camino a su eventual sucesor.
Maduro, de 49 años, durante su paso de seis años por la Cancillería, logró afianzar la imagen de leal colaborador de Chávez y fiel cumplidor de todas las tareas que le designó el mandatario: la consolidación de los bloques regionales del ALBA y Unasur, y el estrechamiento de las alianzas con países como Irán, Rusia y China, así como el mejoramiento de las relaciones con Colombia.
"Ha sido el mejor vocero de Chávez. Parece fuerte, es carismático para algunos y es leal", dijo Eduardo Gamarra, profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad Internacional de Florida.
Durante el tratamiento del cáncer y la convalecencia que siguió Chávez en Cuba, el canciller fue de las pocas personas que estuvo cerca del gobernante, de 58 años, en ese difícil proceso, lo que alimentó las versiones sobre la sucesión en caso de necesidad.
Chávez, que suele reprender públicamente con dureza a algunos de sus ministros o funcionarios, en el caso de Maduro es siempre cordial y se dirige a él con afecto o le gasta alguna broma sobre los grandes sándwiches que suele comer o sobre sus orígenes como chofer de autobuses del Metro.
"Miren adónde va Nicolás, el autobusero. Nicolás era chofer de autobús en el Metro y cómo se han burlado de él, la burguesía se burla, qué pena", dijo el mandatario en la víspera, poco después de anunciarlo como su nuevo vicepresidente en el acto de proclamación oficial de su triunfo.
Maduro reemplaza en el puesto a Elías Jaua, que será el candidato del oficialismo para la gobernación del estado central de Miranda.
Al igual que el resto del grupo que integra el entorno más cercano de Chávez, el nuevo vicepresidente, de formación marxista-leninista, se caracteriza por ser un hombre sin mayor brillo público y de escaso discurso.
Incio su carrera política en su temprana juventud cuando integró la desaparecida Liga Socialista, de tendencia maoísta. Luego consolidó su formación como dirigente sindical en el Metro de Caracas.
Maduro es considerado el colaborador de Chávez más allegado a Fidel y Raúl Castro y a la revolución cubana, a la que se vinculó desde su juventud, cuando viajó a la isla para fortalecer su formación.
Dentro del movimiento oficialista, Maduro comenzó como constituyente en 1999 y, un año después, como diputado hasta escalar a la presidencia de la Asamblea Nacional en 2005.
En 2006 pasó a dirigir el Ministerio de Relaciones Exteriores y fue el canciller que más permaneció en el cargo durante los casi 14 años de mandato de Chávez.
El periodista y ex diplomático Vladimir Villegas afirmó que el nombramiento de Maduro responde a la "nueva etapa" que arrancó Chávez tras el logro de la tercera relección en los comicios del 7 de octubre, que le permitirá extender su mandato por seis años más para consolidar 20 años en el poder.
Villegas dijo a la AP, en una entrevista telefónica, que el nuevo vicepresidente "se ajusta a la nueva etapa en la que (Chávez) quiere tener sus cuadros de mayor confianza" en puestos fundamentales.
"Maduro es un hombre que conoce el aparato del Gobierno bien. Conoce muy bien al presidente, es de sus hombres de mayor confianza", agregó.
El periodista sostuvo que el nombramiento de Maduro guarda relación con el anuncio que realizó el miércoles el partido oficialista de los candidatos para las 23 gobernaciones del país, entre quienes se incluyen personas de la absoluta confianza de Chávez, como lo son Jaua, algunos militares retirados que acompañaron al mandatario en el fallido golpe de 1992 y ex ministros de su Gobierno.
El analista Ricardo Ríos indicó que era natural que Maduro pasara a la vicepresidencia porque es el "verdadero jefe político" del bando civil del chavismo, mientras que Jaua solo era un representante de ese bloque en el alto Gobierno.
Maduro y Jaua integran el sector más radical del oficialismo y entre ambos existe una estrecha relación que ha llevado a los analistas a descartar que pueda darse una rivalidad por el control del Gobierno.
Ríos sostuvo que Chávez lo que busca con este nombramiento es "equilibrar bandos" y darle a cada sector una cuota de poder.
El analista agregó que eso guarda coincidencia con la decisión que tomó el oficialismo de no mandar al diputado Diosdado Cabello, quien es señalado como el líder del bando militar del chavismo, a la candidatura del estado oriental de Monagas y dejarlo en la presidencia de la Asamblea Nacional.
A la pregunta de por qué Chávez no optó por dejar a Jaua, uno de sus hombres de mayor confianza, en la vicepresidencia y prefirió a Maduro para ese cargo, Ríos respondió que esa designación podría tener que ver con que el mandatario se está preparando para una "sucesión de poder".
Al respecto, Villegas indicó que de darse alguna sucesión en el Gobierno, Jaua "no tendría el peso que tiene Nicolás para eso".
Villegas afirmó que Maduro es "el cuadro más completo que tiene el presidente" por la formación política que alcanzó desde su juventud como dirigente sindical, su "carisma" y el "prestigio internacional (que tiene) entre los aliados del presidente".
El sociólogo y estudioso de Venezuela David Smilde dijo a la AP que Maduro es un "potencial sucesor de Chávez" porque es quien podría continuar el proyecto izquierdista del mandatario y las estrechas relaciones con Cuba.
Smilde indicó que cree que el nombramiento de Maduro "tiene mucho que ver con la salud de Chávez".
El mandatario, de 58 años, sufrió en febrero pasado una recaída del cáncer luego que le detectaron un tumor en la misma región pélvica donde fue operado en junio de 2011. A mediados de año, Chávez anunció que estaba "libre" de la enfermedad.