La ciudad de Nueva York dio un importante paso hacia la recuperación de su ritmo frenético con la reanudación de operaciones en su tren subterráneo tras el paso de la tormenta ‘Sandy’, a pesar de que las acciones de limpieza en otras partes apenas han comenzado.

Solo algunas líneas de metro están en funcionamiento, ninguna de ellas en el sur de Manhattan, donde 270 mil hogares están sin electricidad desde el lunes por la noche.

La alcaldía decidió que el metro será gratuito por dos días, jueves y viernes, tras lo cual se espera una reanudación casi total del servicio, mientras que el servicio de buses de la ciudad se reanudó el martes por la noche.

Para frenar la avalancha de vehículos que sufrió la Gran Manzana el miércoles, la alcaldía impuso desde el jueves la obligación de que los autos que entran por los puentes y túneles desde Brooklyn y Nueva Jersey (este) tengan al menos tres personas.

La decisión de reabrir el jueves las partes no dañadas del sistema de transporte más grande de Estados Unidos fue adoptada mientras la región afectada se esforzaba por reponerse de una tormenta que causó la muerte de más de 140 personas desde que pasó por el Caribe y dejó sin electricidad a más de cinco millones tan sólo en Estados Unidos.

Dos de los principales aeropuertos de la región abrieron el miércoles y las autoridades prometieron que un tercero, el Aeropuerto La Guardia, volvería a funcionar el jueves. Los actores y las audiencias ansiosas hicieron resurgir a los teatros de Broadway. Y los neoyorquinos atestaron los autobuses que regresaron por primera vez a las calles de la ciudad desde que pegó la tormenta, y penetraron a un tráfico congestionado que recorría la ciudad entre semáforos sin funcionar.

A lo largo y ancho de la región, las personas agobiadas por la tormenta se apoyaron mutuamente, en algunos casos para dar consuelo a los damnificados y en otros para ofrecer duchas calientes e interruptores eléctricos con el fin de que las personas sin electricidad pudieran cargar sus teléfonos celulares.

El espíritu del compañerismo voluntario llegó hasta los políticos, que al menos aparentaron dejar de lado sus diferencias para concentrarse en las secuelas de Sandy.

"Aquí estamos por ustedes", declaró el presidente Barack Obama en el estado de Nueva Jersey al recorrer un litoral devastado. "No vamos tolerar el papeleo. No vamos a tolerar la burocracia".