Una odisea de casi 24 horas. Cientos de familias desalojadas de sus casas. Nervios a flor de piel. Una montaña rusa de novedades y rumores infundados. Llamados desesperados de la familia a la rendición. Agentes del FBI mirándose unos a otros con cara de perro ante la falta de resultados.
Al final, aplausos. De los casi 100 testigos presenciales frente al número 67 de la Franklin Street, en Watertown, en los suburbios de esta ciudad. “Lo tenemos”. Dos palabras de los agentes del FBI para anunciar la captura del joven de 19 años de origen checheno, pero ciudadano de Estados Unidos desde 2012, señalado como sospechoso de colocar, junto con su hermano mayor Tamerlán, las bombas que el lunes pasado mataron a tres personas y dejaron heridas a casi 200 en la meta del maratón de Boston. Un cierre de crisis para una de las cacerías más impactantes en la historia de Estados Unidos.
Con la sensación de tener las horas contadas, Dzhokhar Tsarnaev se había refugiado en el recoveco de un bote de pesca abandonado en el patio trasero de una residencia. Al final, el hombre más buscado de Estados Unidos se comportaba como un niño jugando a las escondidas frente a ese ejército de policías, agentes especiales, unidades de francotiradores y expertos en lucha antiterrorista que lo buscaban por aire, mar y tierra.
“Nunca había participado en una cacería como ésta”, confesó uno de los agentes del FBI al frente de un operativo que convirtió a Boston y sus alrededores en una zona de excepción, con escuelas cerradas, comercios bajo candado, transporte y carreteras bajo severa vigilancia.
La persecución de Dzhokhar que se encontraba herido, que había perdido gran cantidad de sangre y había conseguido burlar a una legión de policías que le buscaban palmo a palmo, mantuvo a millones de estadounidenses conectados a las principales cadenas de televisión.
Tamerlán cayó en la madrugada del viernes, en medio de un intenso intercambio de fuego con agentes de la policía que le seguían la pista tras haber robado un Mercedes Benz con todo y su conductor, a quien obligaron a sacar dinero del cajero automatico. Su hermano aprovechó la confusión para escapar. Previamente habían cometido un robo en una tienda de abastecimientos en Cambridge, cerca del campus del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde un policía de la universidad — Sean Collier, de 26 años, — fue muerto a tiros.
En medio de una frenética sucesión de hechos, familiares entrevistados por distintos medios confirmaron que la familia Tsarnaev es de origen checheno, pero vivió en diferentes momentos en Kirguistán, una ex república soviética del Asia Central, de donde al parecer emigró a EU, y en Daguestán, una región rusa junto al mar Caspio. Autoridades chechenas aclararon ayer que la familia no tenía nada que ver con Chechenia de la que había salido hace muchos años. De confesión islámica, los hermanos Tsarnaev tenían residencia legal en EU desde hace más de 8 años.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se congratuló anoche por la captura del segundo sospechoso, aunque reconoció que aún existen muchas interrogantes en el caso. En un improvisado mensaje desde la Casa Blanca, Obama dijo que es necesario profundizar en la investigación para conocer las causas de los actos terroristas y saber si tuvieron algún tipo de apoyo. Obama también expresó sus condolencias por la muerte del policía. (Con información de agencias).