El Papa Francisco envió un saludo al pueblo de México. A través de los obispos que lo visitaron en Roma pidió a los fieles mexicanos que "recen por mí, pues lo necesito".

"También les pido que le lleven un saludo mío, saludo de hijo, a la madre de Guadalupe", pidió el Pontífice a los obispos que recibió con motivo de la visita "ad Limina Apostolorum". 

La reunión se celebró en la Sala Clementina del Vaticano, donde el Papa dijo que la historia de México no puede entenderse sin los valores cristianos que sustentan el espíritu de su pueblo.

También afirmó que a los pastores "no les compete aportar soluciones técnicas o adoptar medidas políticas", y aclaró que la fidelidad a Jesucristo "no puede vivirse sino como solidaridad comprometida y cercana con el pueblo y sus necesidades".

El obispo de Roma escuchó un mensaje del presidente de la CEM y arzobispo de Guadalajara, el cardenal José Francisco Robles Ortega, quien habló de la inseguridad, la violencia, el narcotráfico y las muertes asociadas a esos temas que se han presentado en México.

Al respecto, el Papa Francisco dijo que "las múltiples violencias que afligen a la sociedad mexicana, particularmente a los jóvenes, constituyen un renovado llamamiento a promover este espíritu de concordia, a través de la cultura del encuentro, del diálogo y de la paz"

Señaló que conoce la preocupación de los obispos mexicanos por los más necesitados, por las víctimas del narcotráfico y por los grupos sociales más vulnerables, así como su compromiso por la defensa de los derechos humanos y el desarrollo integral de la persona.

La tarea de los fieles laicos es insustituible, por lo que deben promover su responsabilidad y su adecuada capacitación para que vivan la fe en la familia, la escuela, la empresa, el movimiento popular, el sindicato, el partido y aún en el gobierno, expresó.