El presidente electo de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, asumió el poder en relevo de Mauricio Funes, con la promesa de instaurar un nuevo sistema de seguridad nacional para abatir el crimen que deja cada día 10 personas muertas.
"A partir de hoy me pongo al frente del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana", dijo el mandatario, electo en las elecciones presidenciales de marzo pasado y que sucede en el cargo al periodista Funes.
Sánchez Cerén, de 69 años, externó un saludo a su predecesor, quien está de duelo por la muerte repentina de su madre, porque considera que gracias a Funes el país empezó a transformarse en una sociedad que supere décadas de autoritarismo bajo gobiernos de derecha.
"Después de largos años de lucha y justicia en mi país, recibo con humildad y respeto la banda presidencial, con el compromiso de gobernar para todos", dijo Sánchez, un ex profesor que en los 70´s pasó a la clandestinidad para sumarse a las Fuerzas Populares de Liberación (FPL).
"Ejerceré la presidencia con honradez, austeridad, eficiencia y transparencia", prometió al tomar juramento para un mandato de cinco años,
En 1982, Sánchez Cerén se convirtió en miembro de la comandancia general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) hasta que junto a los otros miembros de la dirección iniciaron las conversaciones políticas para finalizar la guerra por la vía negociada.
La guerra civil salvadoreña dejó al menos 75.000 muertos y concluyó en 1992 a través de los Acuerdos de Chapultepec, firmados en Ciudad de México.
Sánchez Cerén es el primer ex comandante guerrillero en llegar a la presidencia en la historia de El Salvador.
En la investidura oficial, participaron las delegaciones oficiales de 105 países. Desde el viernes llegaron al país centroamericano mandatarios y políticos de diversas partes del mundo.
Entre los diagnatarios que llegaron a la ceremonia de asunción presidencial destacaron el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, la primera vicepresidenta de la República del Perú, Marisol Espinoza, el vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, Salvador Antonio Valdés Mesa, y el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou.
El Salvador enfrenta un escenario económico difícil porque la deuda pública creció desde 11.174 millones de dólares en 2009 a 14.547 millones de dólares el año pasado, equivalentes al 55 por ciento del PIB.
El crecimiento económico nacional ronda el dos por ciento anual y es el más bajo de Centroamérica.
Otro de los principales retos del nuevo gobierno es la ola de violencia debido al debilitamiento de un acuerdo entre las principales pandillas del país, la 18 y Mara Salvatrucha, que fue clave para descender hasta un 40 por ciento los asesinatos.
Luego del acto oficial, el Frente convocó a una fiesta popular en la Plaza Cívica, ubicada en el centro de San Salvador, en la que espera que participen al menos 100 mil militantes y simpatizantes de todo el país.