El Sumo Pontífice pidió que la Copa se convierta en una fiesta de solidaridad entre los pueblos, basada en la lealtad, perseverancia, amistad, el diálogo, la solidaridad y el entendimiento entre las personas.
Insistió que para ganar se deben superar todas las formas de racismo, de intolerancia y de explotación de los seres humanos, de egoísmo y de individualismo.
Además deseó una Copa del mundo con toda la serenidad y tranquilidad, siempre en el respeto mutuo, la solidaridad y la fraternidad entre los hombres y mujeres que se puedan reconocer como parte de una misma familia.
AGENCIA XINHUA