Treinta y una personas se daban por muertas este domingo cerca del monte donde un volcán japonés entró en erupción un día antes, cuando estaba repleto de montañeros que acudieron a observar el follaje del otoño, enviando una nube de cenizas y rocas por sus laderas. Oficialmente, se han confirmado la muerte de cuatro de ellos, según han informado los servicios de emergencia del volcán Otake a la cadena de televisión pública NHK. Además, hay medio centenar de heridos de diversa consideración por quemaduras y lesiones provocadas por caídas.