La tormenta de nieve que comenzó a caer desde la noche del viernes en la ciudad de Nueva York ha paralizado casi por completo el transporte y la actividad comercial, y amenaza con convertirse en una de las cinco mayores de la historia.
La nevada, que ha alterado la rutina de unas 80 millones de personas en la costa este de Estados Unidos, ha afectado con mayor intensidad a Nueva York, que ya ha suspendido la mayor parte del transporte público, el uso de vehículos particulares y casi todos sus vuelos.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenó que ningún automóvil, excepto los que son de emergencias, circule en la zona sur del estado, lo que incluye a la ciudad de Nueva York, a partir de las 14:30 horas locales (19:50 GMT).
Asimismo, el servicio de autobuses fue suspendido desde el mediodía del sábado, y a partir de las 16:00 horas locales (21:00 GMT) todos los metros que operen por encima de la superficie dejarán de circular, lo que afectará principalmente a los condados de Brooklyn, Queens y Bronx.
La suspensión de vehículos fue emitida de manera tan severa que el alcalde Bill de Blasio expresó que la persona que la viole será arrestada, además de que precisó que los túneles que conectan la ciudad con el estado de Nueva Jersey serán clausurados.
Asimismo, en una conferencia ofrecida al mediodía del sábado, De Blasio anunció que todas las obras de teatro de Broadway serían suspendidas, y urgió a restaurantes y negocios a cerrar sus puertas para que sus empleados puedan retornar a sus hogares.
Nuevos pronósticos emitidos este mediodía por el Servicio Meteorológico Nacional apuntaron que Nueva York recibirá más de 60 centímetros de nieve, lo que de suceder ubicaría a esta nevada como una de las cinco más grandes en la ciudad.
A las 13:30 horas locales (18:30 GMT) se habían acumulado 40 centímetros de nieve en la zona del aeropuerto de La Guardia, donde más del 90 por ciento de los vuelos han sido suspendidos.
La mayoría de los vuelos hacia y desde los otros dos aeropuertos que atienden la ciudad también han sido cancelados.
“Eso significa que la gente debe tomar muy seriamente lo que está pasando aquí, y que reconozca que hay mucho peligro, y que muchas interrupciones de servicios van a ocurrir debido a la tormenta”, advirtió De Blasio.
Por su parte, las alcaldesas de Baltimore y de Washington DC urgieron este mediodía a los habitantes de esas ciudades a que permanezcan dentro de sus hogares.