Al menos 21 civiles murieron el lunes en ataques aéreos en la zona rural de Idlib, provincia tomada por los rebeldes en el el noroeste de Siria, afirmó un grupo de supervisión.
La mitad de las víctimas mortales eran niños y mujeres, dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que aseguró que los ataques fueron llevados a cabo por aviones de combate rusos y sirios.
El Gobierno sirio no ha hecho por el momento ninguna declaración oficial.
Según el grupo, los ataques se produjeron horas después de una explosión que dejó 34 muertos, entre ellos 18 civiles.
El objetivo de la explosión era una base del grupo rebelde Agnad al-Caucaus, que está aliado con el Comité de Liberación del Levante (LLC, según sus siglas en inglés), vinculado con el grupo al-Qaeda.
Aunque ninguna organización ha reivindicado su autoría, se trata aparentemente de una represalia entre grupos rebeldes. El LLC acusa al grupo Agnad de haberle retirado el apoyo en sus combates en Idlib contra las fuerzas gubernamentales y otras facciones rivales.