Durante la tradicional Misa de Gallo que se realiza cada 25 de diciembre en El Vaticano, el papa Francisco aseguró en su mensaje de Navidad que las “tinieblas” se abaten sobre el mundo y pidió esperanza ante las “agitaciones sociales y políticas” en varios países de Latinoamérica, Siria, Líbano, además de acabar con el drama de la migración.

En el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro, el papa argentino señaló que hay tinieblas en los corazones humanos, en las relaciones personales y las familias y en los conflictos económicos, geopolíticos y ecológicos, pero añadió “que más grande es la luz de Cristo”.

Por ello, pidió que Cristo “sea luz para tantos niños que sufren la guerra y los conflictos en Oriente Medio y en diversos países del mundo”.

Jorge Bergoglio deseó así “consuelo para el amado pueblo sirio, que todavía no ve el final de las hostilidades que han desgarrado el país en este decenio”.

En este mensaje navideño citó también la actual crisis en Líbano por los casos de corrupción por parte de su mandatario y deseó que el país pueda superarla y “descubra nuevamente su vocación de ser un mensaje de libertad y de armoniosa coexistencia para todos”.

El fanático número uno del Club San Lorenzo de Almagro pidió también la paz en “Tierra Santa” y “consolación para Irak, atravesado por tensiones sociales”, y para Yemen, “probado por una grave crisis humanitaria“.

Y también recordó las crisis de algunos países “en el continente americano”, y pidió “esperanza” para que puedan superar “el período de agitaciones sociales y políticas” que están pasando, aunque sin citar las naciones a las que se refería.

También pidió soluciones para la conseguir la paz en Ucrania y la República del Congo y “luz para los pueblos de África, donde perduran situaciones sociales y políticas que a menudo obligan a las personas a emigrar, privándolas de una casa y de una familia”.

Mencionó también a aquellos que son perseguidos a causa de su fe y “especialmente los misioneros y los fieles secuestrados, y para cuantos caen víctimas de ataques por parte de grupos extremistas, sobre todo en Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria“.

Tuvo un recuerdo para los migrantes que bajo “causa de estas y otras injusticias, deben emigrar con la esperanza de una vida segura”.

“La injusticia los obliga a atravesar desiertos y mares, transformados en cementerios. La injusticia los fuerza a sufrir abusos indecibles, esclavitudes de todo tipo y torturas en campos de detención inhumanos. La injusticia les niega lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna y les hace encontrar muros de indiferencia”, lamentó.

Y anheló que recuperen la sonrisa lo niños de todo el mundo, “especialmente a los abandonados y a los que han sufrido a causa de la violencia”.

Finalmente deseó a todos los fieles “un buen almuerzo de Navidad”.