Después de días de votación y una noche de escrutinio, el duelo entre Donald Trump y Joe Biden sigue abierto. La clave ahora mismo está en los mismos Estados que decidieron la elección en 2016: Michigan, Pensilvania y Wisconsin. Entonces se los llevó Trump, que acabó ganando por sorpresa.
El escrutinio ha favorecido a Trump, que bate sus encuestas en varios Estados importantes. El republicano se ha llevado Florida —donde Biden tenía tres puntos de ventaja en las encuestas—, Iowa y Ohio. Mientras, Biden es casi seguro ganador en Arizona y Minesota, y probable en Nevada. Carolina del Norte y Georgia siguen muy abiertos pero Trump lleva cierta ventaja en el recuento. Asumiendo que cada uno cae del lado en el que está en este momento, los dos candidatos casi empatan, de manera que la elección se resolvería con los 46 votos electorales de tres Estados, todos del Medio Oeste industrial y rural: Wisconsin (10 delegados); Michigan (16) y sobre todo, Pensilvania (20).
En este escenario, tanto Biden como Trump necesitarían idealmente los tres (o al menos Pensilvania, que es el mayor, y otro más) para asegurar la presidencia. Solemos pensar en ellos como un bloque que se mueve junto, pero no tiene por qué ser así. Los márgenes de victoria son tan pequeños (entre 10.000 y 100.000 votos) que un condado o una ciudad pueden volcar uno de ellos y dejar el resto del otro color. Trump logró la victoria en 2016 gracias a 80.000 sufragios en Pensilvania.
El resultado en estos Estados clave puede tardar horas y hasta días: Pensilvania y gran parte de Michigan no han empezado a procesar el voto por correo hasta la noche electoral, de manera que sus resultados pueden tardar días en conocerse: en ambos falta más de un tercio del total de votos por contar, probablemente más del lado demócrata. Se podría dar la situación, además, de que cambie de color: si el voto presencial es más de Trump, empezarían favoreciéndole, pero el voto anticipado —que presumiblemente será más demócrata— iría girando su conteo hacia Biden conforme avancen las horas y los días.
¿Y si en Georgia gana Biden?
Si Carolina del Norte o Georgia se giran y acaban de azul, Biden se acercaría a la presidencia. La evolución del recuento deja mucho espacio para cualquier resultado en ambos, particularmente en el segundo, donde los demócratas esperan que Atlanta (Georgia) y su área metropolitana les entregue un Estado que se les resiste desde hace décadas. Seguiría necesitando ganar algún otro del Medio Oeste, pero quizás le valdría solo con uno.