La administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sancionará al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y al ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, por la operación militar ahora en curso de Moscú en Ucrania, confirmó hoy la Casa Blanca.
"En concordancia con la decisión tomada por nuestros aliados europeos, Estados Unidos se les unirá en la aplicación de sanciones al presidente Putin, al ministro de Relaciones Exteriores Lavrov y a miembros del equipo de seguridad nacional ruso", dijo hoy en una conferencia de prensa la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien añadió que hoy más tarde se darán a conocer más detalles.
La decisión de Estados Unidos sigue a la de la Unión Europea (UE) y Reino Unido, quienes anunciaron hoy con anterioridad sanciones dirigidas a la máxima dirigencia rusa.
El jueves, Biden anunció sanciones adicionales de Estados Unidos contra Rusia dirigidas a las principales instituciones financieras del país y a varios individuos rusos y sus familiares con lazos con el Kremlin, además del llamado "primer tramo" de sanciones impuestas a bancos estatales rusos, el mercado de deuda soberana rusa y miembros de la élite.
Cuando se le preguntó por la posibilidad de sancionar a su homólogo ruso, Biden no se comprometió al respecto el jueves y sólo dijo que seguía siendo una opción sobre la mesa.
Psaki dijo hoy que el motivo por el cual Biden esperó hasta después de que la UE y Reino Unido anunciaron sus sanciones contra el presidente ruso para decidir su propia acción fue que su "fuerte principio... ha sido tomar medidas y acciones en consonancia con nuestros socios europeos".
Un importante funcionario de la administración también dijo hoy que las futuras sanciones no estarán dirigidas a la industria rusa del gas y el petróleo.
"Las sanciones no estarán dirigidas a flujos petroleros", dijo Amos Hochstein, importante asesor de seguridad energética del Departamento de Estado, en una entrevista con Bloomberg Television.
Hochstein dijo que hacer esto no necesariamente reduciría los ingresos por petróleo y gas de Rusia y más bien conduciría a un escenario en el que "Estados Unidos y nuestros aliados sufrirían las consecuencias".
Con información de Xinhua.