La jefa del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas, con sede en Roma, dijo hoy que el organismo detendrá temporalmente sus actividades humanitarias en Sudán, un día después de que tres empleados murieran en el país africano.
La directora ejecutiva del WFP, Cindy McCain, dijo que se sentía "consternada y desconsolada" por las muertes, que tuvieron lugar en el distrito de Kabkabiya del estado de Darfur del Norte.
En un comunicado, McCain confirmó que los trabajadores fueron asesinados "mientras cumplían con sus deberes de salvar vidas en las primera líneas de la crisis mundial del hambre" y añadió que otros dos dependientes del WFP resultaron heridos en el mismo ataque. Los fallecidos eran ciudadanos sudaneses, según informes de prensa.
En otro incidente que también tuvo lugar durante la misma jornada, un avión perteneciente al Servicio Aéreo Humanitario del WFP resultó gravemente dañado en el Aeropuerto Internacional de Jartum, informó el WFP.
"Cualquier pérdida de vidas en el servicio humanitario es inaceptable y exijo medidas inmediatas para garantizar la seguridad de quienes quedan en el área (...) los trabajadores humanitarios son neutrales y nunca deben ser un objetivo de ataque. Las amenazas a nuestros equipos hacen que sea imposible operar de manera segura y efectiva en el país y llevar a cabo el trabajo crítico del organismo", dijo McCain.
La jefa del programa dijo que detendrán temporalmente todas las actividades en Sudán al mismo tiempo de analizar la situación de seguridad en el país devastado por la guerra.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó enérgicamente los enfrentamientos que causaron muertos y heridos entre la población civil, incluido el fallecimiento de miembros del personal del WFP. Los responsables deben ser llevados ante la justicia sin demora, aseguró el vocero Stephane Dujarric en un comunicado.
Las Naciones Unidas y otros organismos humanitarios, continua el comunicado, también han sido atacados y saqueados en varios lugares de la región de Darfur, en el oeste de Sudán.
El sábado estallaron violentos enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF, siglas en inglés) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) paramilitares en Jartum y otras ciudades, donde las dos partes se acusaron mutuamente de iniciar el conflicto.
El Comité Central de Médicos de Sudán reportó al menos 56 civiles muertos y 595 heridos, entre ellos soldados en estado crítico.
Con información de Xinhua.