A partir de hoy, Estados Unidos ha implementado aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, afectando a todos sus socios comerciales, incluyendo a México.
Esta medida, anunciada por el presidente Donald Trump, tiene como objetivo impulsar la industria nacional y proteger los empleos en el sector manufacturero.
La imposición de estos aranceles impactará una amplia gama de productos, como autopartes, electrodomésticos y electrónicos, fundamentales para la industria de al menos once entidades mexicanas.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las exportaciones de productos afectados podrían superar los 20 mil millones de dólares, representando aproximadamente el 4.7% del total de las exportaciones mexicanas y más del 1.5% del PIB de 2024.
En respuesta, Canadá y la Unión Europea han anunciado la implementación de aranceles de represalia sobre productos estadounidenses. Canadá impondrá aranceles por valor de 20.7 mil millones de dólares en productos como acero, aluminio y otros bienes, mientras que la UE aplicará medidas por 28 mil millones de dólares que abarcan diversos productos.
Economistas advierten que, si bien los aranceles podrían beneficiar a las plantas de acero y aluminio en Estados Unidos, podrían perjudicar a los fabricantes que utilizan estos metales al aumentar sus costos. El U.S. International Trade Commission señaló que los fabricantes de productos derivados sufrieron pérdidas de producción que superaron con creces las ganancias observadas por los productores de aluminio y acero.