El recién nombrado primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha iniciado una gira por Europa para fortalecer alianzas estratégicas en respuesta a las recientes tensiones con Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.

Durante su ceremonia de juramento, Carney enfatizó la soberanía canadiense, declarando: "Nunca jamás, de ninguna manera, formaremos parte de Estados Unidos".

Carney se reunirá con líderes europeos, incluyendo al presidente francés Emmanuel Macron y al primer ministro británico Keir Starmer, con el objetivo de diversificar las relaciones comerciales y coordinar respuestas a las políticas arancelarias impuestas por Trump.

Además, está previsto un encuentro con el rey Carlos III, jefe de Estado de Canadá, antes de su viaje al Ártico canadiense para reafirmar la soberanía del país en esa región estratégica.

La administración Trump ha impuesto aranceles del 25 por ciento a las importaciones canadienses y ha sugerido la posibilidad de que Canadá se convierta en el 51º estado de Estados Unidos, propuestas que Carney ha rechazado firmemente.

El primer ministro ha expresado su disposición a dialogar con Trump, pero ha evitado programar una visita a Washington para evitar confrontaciones improductivas.

En el ámbito doméstico, Carney enfrenta desafíos significativos, incluyendo la gestión de la dependencia económica de Estados Unidos y la necesidad de aumentar el gasto en defensa para cumplir con los objetivos de la OTAN para 2030.

Además, planea abordar la crisis de vivienda y reposicionar a Canadá como líder en energías limpias, diferenciándose de la política estadounidense centrada en combustibles fósiles.

La estrategia de Carney busca fortalecer la posición de Canadá en el escenario internacional y reducir su dependencia económica de Estados Unidos, mientras enfrenta la presión de una posible recesión debido a las políticas comerciales actuales.

Con información de Proceso *