El papa Francisco continúa presentando avances en su recuperación tras 33 días internado en el hospital Gemelli de Roma, donde recibe tratamiento por una neumonía bilateral.

Según un comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede, el pontífice ha reducido el uso de oxigenoterapia de alto flujo y, en ocasiones, puede prescindir de ella. Por las noches, sigue utilizando ventilación mecánica no invasiva.  

La hinchazón en una de sus manos, visible en una fotografía difundida el domingo, fue explicada como consecuencia de su movilidad reducida, aunque ya ha mostrado mejoría. Este lunes, el papa continuó con sus terapias respiratorias y motoras, combinadas con momentos de reposo, oración y trabajo.  

Desde su última crisis respiratoria el 3 de marzo, los médicos han reducido progresivamente el uso de oxígeno con mascarilla durante la noche y han disminuido la intensidad del flujo de oxígeno administrado durante el día, lo que indica una recuperación gradual de su capacidad pulmonar. Aunque su pronóstico dejó de ser reservado el 10 de marzo, aún no se ha fijado una fecha de alta, y se espera una recuperación lenta.  

Esta hospitalización, la más larga de sus 12 años de pontificado, ha generado preocupación sobre su salud y continuidad al frente de la Iglesia Católica. Francisco ha rechazado renunciar, a diferencia de su predecesor, Benedicto XVI, quien dimitió en 2013.